Campañas de caridad en Barranquilla: ¿Quién regula estas actividades?

Por: Redacción.
Diario La Libertad.

En el norte de Barranquilla, específicamente en el sector Uniautónoma, los vecinos han manifestado inquietudes respecto a una situación que se ha repetido en los últimos días. Según los testimonios, un vehículo con un parlante circula por la zona pidiendo dinero bajo el argumento de ayudar a una niña enferma. Lo que ha generado mayor controversia es que, después de que un adulto hace el llamado inicial, se escucha la voz de una niña en el micrófono, algo que algunos consideran cuestionable.

«Desde ayer está pasando ese carro con ese parlante pidiendo plata supuestamente para una niña enferma», comenta un residente preocupado, quien añade que no tiene claro si estas actividades cuentan con regulación o supervisión por parte de las autoridades locales.

Falta de regulación evidente

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Esta práctica ha despertado dudas entre los vecinos sobre si quienes recogen este dinero están actuando bajo un marco legal y si los recursos realmente llegan a las personas que lo necesitan. La normativa en Barranquilla sobre la recolección de dinero y la realización de actividades en espacios públicos está regulada principalmente por la Secretaría de Gobierno y la Oficina de Participación Ciudadana.

Estas entidades son las encargadas de supervisar los permisos necesarios para actividades como colectas, eventos y cualquier actividad que implique el uso de espacios públicos, garantizando el orden y la seguridad.

Además, la administración distrital establece que cualquier actividad en espacio público debe estar previamente autorizada, cumpliendo con requisitos establecidos, como la no obstrucción del tránsito y la preservación del orden público. Es importante verificar con las inspecciones de policía locales y la Secretaría de Gobierno para obtener los permisos correspondientes y evitar sanciones.

Sin embargo, los testimonios de los residentes revelan que, al menos en este caso, no hay señales visibles de una supervisión oficial. Tampoco se ha informado si las personas detrás de esta campaña poseen los permisos correspondientes.

Preocupación por la exposición de menores

Una de las mayores críticas de la comunidad radica en el uso del micrófono por parte de la supuesta niña enferma. Esto plantea preocupaciones éticas, ya que podría tratarse de una estrategia para generar mayor empatía, pero a costa de exponer a un menor de edad en una situación que podría no ser adecuada para su bienestar. «Pide dinero un adulto, después ponen al micrófono a la niña, ¿quién controla eso?», es la inquietud que se repite entre los vecinos.

Y.A.