¡La deuda pública crece bajo el Gobierno Petro!: Llamado a la reflexión sobre las causas del desajuste fiscal

En un contexto económico cada vez más complejo, es difícil no cuestionar la manera en que el gobierno actual sigue mirando hacia el pasado sin asumir plenamente su responsabilidad en la crisis fiscal que estamos viviendo. A casi dos años y medio de mandato, parece que el espejo retrovisor sigue siendo la herramienta favorita del presidente, mientras los problemas económicos siguen creciendo bajo su administración.

El aumento de la deuda pública: un problema inherente a su gestión

A pesar de la narrativa que busca culpar a administraciones anteriores, los números dejan claro que el aumento de la deuda pública es responsabilidad directa de las decisiones de este gobierno. De acuerdo con los datos, la deuda había disminuido de 2020 a 2022, como resultado de la recuperación post-pandemia. Sin embargo, en el periodo 2023-2025, las proyecciones muestran un aumento de 174 billones de pesos en deuda pública, un claro reflejo de políticas fiscales equivocadas.

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Factores que agravan el déficit fiscal

El problema de caja que enfrenta el país no es un fenómeno aislado, sino una combinación de malas decisiones y políticas que deben ser asumidas por el gobierno actual. A continuación, se detallan tres factores clave que contribuyen al desajuste fiscal:

  1. Incapacidad para cumplir con los ingresos
    Los ingresos fiscales no solo han sido insuficientes, sino que su cumplimiento ha sido especialmente complicado debido a la falta de una reactivación económica efectiva y a una reforma tributaria mal diseñada. Los expertos ya habían advertido que las expectativas de recaudo eran irreales y, además, la reforma resultó inconstitucional en algunos de sus aspectos. Esto, sumado a las bajas tasas de crecimiento económico, ha generado una brecha fiscal que no se está cerrando como se esperaba.
  2. Exceso de gasto público
    Mientras los ingresos no cumplen con las proyecciones, el gasto público sigue creciendo de manera desmedida. De acuerdo con los datos, los gastos de funcionamiento aumentan de manera alarmante entre 2023 y 2025, alcanzando casi un 20% anual. Este desajuste es en gran parte causado por el derroche de recursos y un crecimiento descontrolado de los contratos de honorarios y la contratación de personal administrativo. De hecho, se ha registrado un incremento del 156% en los contratos de honorarios de burocracia y OPS en los primeros dos años de este gobierno.
  3. Tasas de interés y riesgo país en ascenso
    La incapacidad para dar señales de confianza en las finanzas públicas ha llevado a un aumento en las tasas de interés y al incremento del riesgo país. Esto, a su vez, ha impactado negativamente la tasa de cambio y ha dejado poco margen de maniobra al Banco de la República para reducir las tasas de interés de manera efectiva. Las malas señales económicas continúan pesando sobre las finanzas del país.
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¿Un presupuesto desfinanciado?

Lo más preocupante es la propuesta de un presupuesto desfinanciado, con un déficit proyectado de 35 billones de pesos. Si un gobierno presenta un presupuesto sabiendo que no podrá cumplirlo, es evidente que se generarán nuevos problemas fiscales. Esto no es más que una proyección errónea de ingresos y gastos que solo contribuirá a agravar la crisis fiscal y a crear más deuda.

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Urgente corrección de rumbo

Señor Presidente, la situación requiere un cambio urgente de enfoque. Es necesario corregir el presupuesto mal estructurado y retirar una reforma tributaria que solo está diseñada para aumentar los costos de financiamiento, elevando aún más la deuda pública y el riesgo país. Este tipo de medidas solo desactivarán la economía, al afectar a las empresas y los microempresarios, lo que hará que los ingresos fiscales no se materialicen como se espera.

En resumen, la situación económica actual es producto de decisiones fiscales erróneas que están siendo agravadas por la falta de un enfoque realista. La responsabilidad por el aumento de la deuda, el desajuste fiscal y el crecimiento descontrolado del gasto público es suya, y hasta que no se asuman esos hechos, no podremos avanzar hacia una recuperación sostenible.

Señor Presidente, deje el espejo retrovisor atrás y asuma las riendas de su gestión. Está a tiempo de rectificar el rumbo y poner al país en un camino de crecimiento y estabilidad fiscal. Aquí tiene mi disposición para aportar ideas y soluciones que ayuden a ordenar este problema, pero, sobre todo, se requiere una acción decidida y responsable.