¿Envejecer con gracia?: Hábitos para retrasar el envejecimiento y vivir más años

Redacción Sociales
LA LIBERTAD

Envejecer es un proceso inevitable para todos los seres humanos. Desde el momento en que se nace, las células comienzan a acumular cambios que eventualmente conducen al envejecimiento.
Sin embargo, muchas personas sueñan con encontrar la fórmula mágica para detener el tiempo y alcanzar la tan anhelada ‘eterna juventud’. Pero en esta búsqueda por prolongar los años, muchas veces se olvida lo más importante: vivir con salud y disfrutar plenamente del presente.
«Todo el mundo contempla el envejecimiento como si fuera un déficit de atributos. Pero se gana mucho con la edad, sobre todo más sabiduría, muchísima más experiencia y un mayor sentido del orden de prioridades”, destaca Scott Kaiser, geriatra.
Por ello, asegura que no es necesario sentirse mal por la aparición de algún signo de envejecimiento, sino por el contrario, estar agradecido por haber llegado hasta este momento y llevar una vida feliz.
Desde el punto biológico, el envejecimiento ocurre debido al daño progresivo que sufren las moléculas y células a lo largo de los años. Este desgaste gradual puede desencadenar inflamaciones en diferentes partes del organismo y provocar una disminución tanto en las capacidades físicas como mentales.

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Mientras la ciencia sigue avanzando, la buena noticia es que existen formas efectivas de desacelerar el proceso del envejecimiento y disfrutar de una vida larga y plena. Algunos de estos hábitos son:
Descansar lo suficiente: el sueño es uno de los pilares fundamentales de la salud. Dormir al menos 7 horas por noche no solo mejora la memoria y la creatividad, sino que también reduce el riesgo de enfermedades como el Alzheimer, la hipertensión y los accidentes cerebrovasculares.
Hidratar y proteger la piel: usar protector solar diariamente reduce el riesgo de cáncer de piel y previene el daño causado por los rayos ultravioleta, como las arrugas y las manchas. Además, mantener la piel hidratada con cremas adecuadas ayuda a conservar su elasticidad y frescura.
Meditar y practicar yoga: estas técnicas no solo alivian el estrés, sino que también ralentizan el envejecimiento cerebral. Igualmente contribuye a mantener una mente más lúcida y a preservar los telómeros, lo que se traduce en una mayor esperanza de vida.
Comer de forma sana: tal y como se ha dicho en cientos de estudios, una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables es clave para la longevidad. Los vegetales aportan antioxidantes que combaten el daño celular, mientras que las grasas saludables, como las del aguacate y el pescado, protegen el corazón y el cerebro.
Beber más agua: a medida que se envejece, la sensación de sed disminuye, lo que puede aumentar el riesgo de deshidratación. Hay que tener en cuenta que beber agua ayuda a mantener las articulaciones lubricadas, la piel saludable y el sistema circulatorio en óptimas condiciones.
Cultiva tus relaciones sociales: el aislamiento social puede ser tan perjudicial como fumar. Mantener una red de amigos y familiares cercanos no solo mejora la salud mental, sino que también reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y demencia.
Dedica tiempo a compartir momentos con quienes amas; el apoyo social es un factor protector contra el envejecimiento prematuro.
Aunque envejecer es inevitable, la manera en la que se hace depende en gran medida de las decisiones que se toman a diario. Adoptar estos hábitos no solo retrasa los signos visibles del paso del tiempo, sino que además mejora la calidad de vida a largo plazo.
Finalmente, se podría decir que el verdadero secreto de la longevidad radica en vivir de manera consciente, cuidando la salud y disfrutando cada momento. Después de todo, no se trata solo de sumar años, sino de sumar vida a los años.