Por Unidad investigativa
Diario La Libertad, siempre comprometido con la imparcialidad y el derecho a la información veraz, atendió la denuncia presentada por el docente Roberto Enrique Figueroa Molina, quien, a lo largo de su extensa carrera de más de 40 años en la Universidad del Atlántico, ha sido un referente de integridad y profesionalismo. En respuesta a las acusaciones lanzadas por el exdocente Jairo Eduardo Soto Molina, es imperativo hacer una serie de aclaraciones y contextualizar la situación con base en los hechos documentados y las decisiones judiciales y disciplinarias que respaldan la honorabilidad del profesor Figueroa.
Jairo Eduardo Soto Molina, quien recientemente fue desvinculado de la Universidad del Atlántico, ha señalado al profesor Figueroa Molina de supuestamente incurrir en prácticas cuestionable de profesores, señalamientos que no hacen más que parte de una persecución de tiempo atrás, sin base ni fundamentos, pero que con un resentimiento a su salida del alma mater, parece intensificarse con el pasar de los días de manera injusta. Sin embargo, el docente Figueroa Molina, ha puesto en conocimiento de las autoridades esta situación y están siendo investigadas dentro de un contexto más amplio que reposan actualmente en los estrados judiciales. Es de recordar que, Soto Molina fue vinculado en su momento a varias denuncias que afectaron su carrera académica y que tomó un giro disciplinario en su contra.
En 2021, se conoció que Jairo Eduardo Soto Molina habría incurrido en falsedad documental al afirmar haber dirigido 64 tesis de maestría, lo que resultó en una investigación por parte de Colciencias (hoy Minciencias). Dichas denuncias, que fueron puestas en conocimiento del Estado, fueron la base para una serie de requerimientos de respuesta ante la Universidad del Atlántico. Posteriormente, el Ministerio de Educación Nacional también demandó explicaciones ante la falta de respuesta de la Universidad frente a los hechos denunciados.
El compromiso profesional de Roberto Enrique Figueroa Molina
El docente Roberto Figueroa Molina, en su calidad de profesor de tiempo completo, ha dedicado su vida al servicio de la educación, destacándose por su responsabilidad y profesionalismo. A lo largo de su carrera en la Universidad del Atlántico, ha ocupado diversos roles académicos, siendo actualmente coordinador de la Maestría en Educación, miembro del Comité Académico del Doctorado en Educación y coordinador de la Línea de Investigación en Currículo y Didáctica. Su prestigio académico es reconocido tanto dentro como fuera de la institución, y su trayectoria ha sido, sin lugar a dudas, impecable.
Es importante subrayar que, a lo largo de su carrera, Figueroa Molina ha sido un referente de integridad y ética, valores que ha transmitido a sus estudiantes y colegas. Su legado como educador y su dedicación a la Universidad del Atlántico son prueba de su compromiso con la excelencia académica.

El caso judicial y la sanción a Jairo Eduardo Soto Molina
El caso de Jairo Soto Molina tomó un rumbo judicial y disciplinario importante. En agosto de este año (03/08/2024), la Procuraduría Regional de Instrucción del Atlántico profirió un pliego de cargos en su contra por presuntas conductas de acoso laboral y maltrato hacia colegas. La acusación incluye comportamientos despectivos y humillantes dirigidos a otros docentes de la Universidad, así como la difusión de información falsa sobre ellos.
El fallo del Ministerio Público fue contundente. Soto Molina fue sancionado con la destitución de su cargo y una inhabilidad para ejercer funciones públicas por un período de 12 años. Además, se estableció que sus acciones constituían acoso laboral y una violación de los principios de respeto y profesionalismo que deben regir las relaciones dentro de la Universidad del Atlántico.
Persecución y difamación: Una estrategia inaceptable
A pesar de las sanciones y de los fallos disciplinarios en su contra, Soto Molina continúa atacando la reputación de quienes, como el profesor Figueroa, han sido un ejemplo de dedicación y honorabilidad. Es lamentable que, Soto Molina siga insistiendo en campañas difamatorias que buscan empañar la trayectoria de un docente que ha dado su vida por la educación superior.
Resulta inadmisible que Soto Molina, sin pruebas fehacientes, siga usando su influencia para perjudicar a quienes han sido un ejemplo de rectitud en el ámbito académico. La estrategia de acusar sin fundamentos y de difundir rumores malintencionados debe ser rechazada enérgicamente por la comunidad académica, que debe ser un espacio de respeto, ética y justicia.
Apoyo incondicional a Roberto Enrique Figueroa Molina
Diario La Libertad expresa su apoyo incondicional al profesor Roberto Enrique Figueroa Molina, un hombre de honor, quien ha dedicado más de cuatro décadas a la Universidad del Atlántico y a la formación de miles de estudiantes. Su trayectoria académica y su actitud profesional son una muestra clara de su compromiso con la educación y la verdad.
A lo largo de los años, Figueroa Molina ha demostrado, con su trabajo, que el respeto a la verdad, la justicia y la integridad son los pilares fundamentales de su ejercicio profesional. La comunidad universitaria y los egresados pueden dar fe de su calidad humana y académica.
Por estas razones y muchas más, se hace imprescindible rechazar las acusaciones infundadas que atentan contra la reputación de este destacado académico. La Universidad del Atlántico, como todos los espacios de educación superior, debe mantenerse firme en la defensa de los principios éticos y de respeto mutuo que guían la labor educativa.
El Diario La Libertad continuará velando por la veracidad de la información y por el respeto a la integridad de todos los miembros de la comunidad académica.