Migrantes recurren a rutas marítimas alternativas ante restricciones en el Darién

La crisis migratoria en el Tapón del Darién, que alcanzó cifras récord en 2023 con más de 500,000 personas cruzando la región, ha generado una creciente dificultad para quienes buscan llegar a Panamá y continuar su viaje hacia Estados Unidos.

Frente a las estrictas medidas implementadas por los gobiernos de Panamá, Colombia y Estados Unidos para frenar el paso por esta peligrosa selva, los migrantes han comenzado a explorar nuevas rutas, siendo una de las más populares la vía marítima a través del Chocó, en Colombia.

El endurecimiento de las políticas en el Darién, que incluyen el cierre de puntos de acceso con alambres, un incremento de la presencia policial y la repatriación de más de 800 migrantes mediante vuelos humanitarios, ha complicado cada vez más el ingreso a Panamá. A pesar de la reducción del 38% en el tránsito de migrantes en 2024, el riesgo y la violencia en la selva siguen siendo factores decisivos para que muchos opten por alternativas más arriesgadas.

Según un informe de La Razón, migrantes y grupos criminales han comenzado a ofrecer una nueva ruta marítima: lancheros que transportan personas desde el Chocó hacia Costa Rica, una travesía que dura unas cuatro horas y cuyo costo varía entre 2.000 y 3.000 dólares por persona. Eunice Rendón Cárdenas, directora de la iniciativa Agenda Migrante, explicó que, aunque este recorrido también presenta peligros, es preferido por muchos debido a que permite evitar los controles en la frontera panameña y la violencia del Darién.

«Al ser más difícil el paso por el Darién, mucha gente ha decidido cruzar por la vía marítima, incluso algunos lancheros que antes se dedicaban al turismo están ahora transportando migrantes«, declaró Rendón. Además, los migrantes que logran llegar a Costa Rica por esta vía aseguran que el peligro en comparación con el Darién es mucho menor, ya que no enfrentan las mismas amenazas ni la violencia extrema que caracteriza la selva.

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No obstante, este cambio de ruta también ha incrementado la presencia de grupos armados en la región. Migrantes recurren a estos grupos para obtener ayuda en su travesía, pagando sumas de dinero por su protección. Luis García Villagrán, vocero del Centro de Dignificación Humana, criticó las políticas implementadas por el gobierno de Panamá, señalando que el cierre de rutas solo lleva a que los migrantes recurran a métodos aún más peligrosos, sin resolver el problema de fondo.

«Las personas siempre van a migrar y encontrarán la forma de llegar a su destino. Los cierres solo están llevando más gente a la muerte«, afirmó García Villagrán, subrayando la necesidad de soluciones más humanitarias y sostenibles para los migrantes en la región.

A pesar de los esfuerzos por parte de las autoridades para controlar el flujo migratorio, la situación sigue siendo compleja, y la creación de nuevas rutas demuestra cómo los migrantes siguen buscando alternativas, a menudo exponiéndose a riesgos aún mayores en su camino hacia Estados Unidos.