Por: Álvaro Cotes Córdoba.
Francisco José Infante Vergara, es un arquitecto de abolengo en Santa Marta. Un día le cayó muy bien a un ilustre político de la ciudad, y esa suerte lo ayudó para que, sin buscarlo de la forma convencional, es decir, con votos, lo nombraran gobernador del Magdalena, en reemplazo del gobernador que si había sido elegido por el pueblo, pero que, como había caído en desgracia con otro político de la misma estirpe del político ilustre, lo empapeló feo al punto que logró sacarlo del cargo popular que se había ganado tras un año de campaña proselitista con el pueblo.
Infante Vergara se ganó semejante encargo con el cual podía cimentar un proyecto político que no sólo le hubiera servido a él, para erigirse como un hombre servicial, sino también de buenos principios y fundamentos, hacia el pueblo e incluso, hasta para convertirse en un buen ejemplo de las futuras generaciones. Sin embargo, la codicia pudo más que él y desaprovechó la buena oportunidad, la cual cambió por otra que consideró era mejor: No salir de ese encargo igual a como entró, sino con mucho más y por eso hizo lo que hizo y ahora no solo deberá afrontar la última condena de más de 15 años de cárcel, sino también las anteriores que tuvo casi por los mismos delitos.
Por eso ya se ganó una estrella en el paseo de la fama del “Hollywood Corruption” del Magdalena, por esa última galga cinemática de su autoría. Lo fácil siempre termina mal, dice un refrán y parece que una vez más, se confirma en esta historia fugaz de Infante Vergara en la política. La política corrompe a cualquiera y más a los ambiciosos, cualidad que no debería ser aceptada en los aspirantes de cargos públicos por lo de las incompatibilidades.
En su última película que obtuvo su estrellato y por eso entró al gran “hall” Hollywoodesco, la Fiscalía General de la Nación demostró en juicio oral que el exgobernador de Magdalena, hizo parte de un entramado de corrupción que direccionó indebidamente y se apropió de los recursos de un contrato destinado a la toma de muestras para detectar el VIH”, comunicó la Fiscalía General de la Nación.
En ese sentido, la Sala Especial de Primera Instancia de la Corte Suprema de Justicia, lo condenó por más de 15 años y por eso deberá pagar 2.589 millones de pesos por concepto de daños y perjuicios y una multa equivalente a 1.153 salarios mínimos legales mensuales vigentes.
Los delitos por los cuales fue condenado, fueron: Contrato sin cumplimiento de requisitos legales y peculado por apropiación en favor de terceros. El nuevo famoso llega a la sala de estrellas, tras ostentar un galardón parecido y el cual le fue sentenciado el año anterior, por irregularidades en contratos del departamento, por la no construcción de una piscina olímpica en Santa Marta y en cuyo espacio solo quedaron obras negras.
Fue condenado como coautor del delito de contrato sin cumplimiento de requisitos legales a las penas de 4 años y 4 meses de prisión, al pago de una multa de 56.2 salarios mínimos legales mensuales vigentes, e inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas por 63.4 meses.