La influencia del voto latino y la proyección hacia el 2026 tras triunfo de Trump en la elecciones en EE. UU. 2024

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Los resultados electorales en las elecciones de EE.UU. 2024

Donald Trump logró una sorpresiva victoria en las elecciones presidenciales de 2024, con un total de 277 votos electorales, superando a su rival demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, quien obtuvo 224 votos, según los resultados provisionales.

Esta victoria marca el regreso de Trump a la Casa Blanca, después de haber dejado el cargo en 2020. Al igual que en las elecciones de 2016, la victoria fue rápida y decisiva, con el republicano asegurando los siete estados clave, comenzando por Georgia y Carolina del Norte, y culminando con el triunfo en Pensilvania y Wisconsin, lo que enterró las esperanzas de Harris.

A pesar de la polarización política y el fuerte enfrentamiento entre los dos principales partidos, uno de los factores determinantes en el resultado electoral fue el comportamiento del voto latino. Aunque a menudo se presenta al voto latino como una fuerza homogénea capaz de inclinar la balanza electoral, la realidad es mucho más compleja. En 2024, esta diversidad dentro de la comunidad latina resultó ser un factor crucial, y el voto latino en estados clave mostró una división clara entre conservadurismo y liberalismo.

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El voto latino: ¿una fuerza unificada?

La narrativa de que los latinos pueden ser un bloque monolítico capaz de influir decisivamente en las elecciones nacionales ha sido ampliamente discutida y refutada. En 2024, esta idea se desmoronó aún más, ya que el comportamiento electoral latino varió considerablemente de un estado a otro, dependiendo de factores como la región, el origen étnico, los intereses socioeconómicos y las posiciones políticas históricas.

En Florida, la comunidad cubanoamericana, que históricamente se ha inclinado hacia los republicanos, reafirmó su apoyo a Trump, particularmente debido a su postura firme contra el socialismo y su política exterior crítica hacia el régimen de Cuba. Esta tendencia se mantuvo en Texas, donde los votantes latinos también optaron en su mayoría por el Partido Republicano, atraídos por sus políticas conservadoras en temas como inmigración y economía.

Sin embargo, en California, donde predominan grupos latinos de origen mexicano y centroamericano, el apoyo al Partido Demócrata se mantuvo fuerte, debido a las políticas inclusivas de los demócratas en áreas como inmigración, salud y derechos civiles. Este patrón de votación en diferentes estados subraya la fragmentación del voto latino, que no se puede reducir a una sola preferencia política ni a un conjunto homogéneo de valores.

Aunque la comunidad latina sigue siendo uno de los bloques de votantes más importantes y dinámicos de EE.UU., su falta de cohesión ideológica limita su capacidad para alterar de manera coherente el rumbo electoral nacional. Si los latinos lograran unificar sus intereses y votar en bloque, podrían tener un impacto aún mayor en las elecciones futuras, pero la división interna continúa siendo un reto.

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El impacto del triunfo de Trump en la política latinoamericana

Desde una perspectiva latinoamericana, la victoria de Donald Trump tiene repercusiones que van más allá de las fronteras de EE.UU. Los líderes políticos de izquierda en América Latina, como el presidente colombiano Gustavo Petro, podrían utilizar el regreso de Trump para reforzar su narrativa de resistencia contra la influencia de Estados Unidos en la región.

En particular, la reelección de Trump podría ser utilizada por la oposición en Colombia como un punto de contraste con las políticas de Petro, quien podría intensificar su discurso antiimperialista y antiestadounidense. Dada la polarización interna que enfrenta el gobierno de Petro, especialmente en relación con temas de seguridad, política económica y las relaciones internacionales, la figura de Trump podría ser vista como un «enemigo común» que fortalezca el respaldo popular hacia los movimientos de izquierda en la región.

Este contexto político podría convertirse en una herramienta poderosa de cara a las elecciones colombianas de 2026, donde el panorama político interno en Colombia podría aprovechar la retórica del «pueblo contra el imperio» para movilizar a los votantes y consolidar su base de apoyo.

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Donald Trump, electo nuevamentecomo presidente de los Estados unidos de América – Imagen captura de pantalla google

Hezbolá y la indiferencia ante la política de EE.UU.

A nivel internacional, la política de EE.UU. respecto a Medio Oriente también podría verse influida por la reelección de Trump. Desde el grupo libanés chií Hezbolá, el nuevo líder, Naim Qasem, declaró que la victoria de Trump o Harris es irrelevante para los objetivos del grupo en la región. Hezbolá, que ha sido un actor clave en las tensiones con Israel, sostuvo que el grupo continuará su lucha independientemente de los cambios en la Casa Blanca. «Nos da igual que gane Harris o Trump», afirmó Qasem, y señaló que lo que realmente importa son las acciones en el terreno, particularmente en relación con el apoyo de EE.UU. a Israel.

Euforia en Israel por el regreso de Trump

Por el contrario, en Israel, la victoria de Trump fue recibida con entusiasmo. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, fue uno de los primeros en felicitar a Trump en las redes sociales, destacando el fortalecimiento de la alianza entre ambos países. La clase política israelí, en su mayoría de derecha, celebró la victoria, con figuras como Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich, ministros del gobierno ultraderechista israelí, expresando su apoyo.

El regreso de Trump a la Casa Blanca podría resultar en un renovado enfoque de políticas de apoyo a Israel, particularmente en el conflicto con Palestina y en el abordaje de la amenaza iraní. Esta cercanía entre EE.UU. e Israel podría aumentar las tensiones en la región, especialmente con actores como Irán y grupos como Hezbolá, que han sido críticos de la postura de Trump hacia Israel.

Un voto latino fragmentado y un futuro incierto para América Latina

El resultado de las elecciones de 2024 subraya la fragmentación dentro del voto latino, un bloque de votantes crucial que, aunque crece en número, sigue siendo difícil de cohesionar ideológicamente. La victoria de Trump refleja no solo su apoyo entre sectores latinos conservadores, sino también una profunda división en la comunidad latina que sigue siendo un desafío para los demócratas, que no han logrado unificar este voto en su favor.

A nivel internacional, la reelección de Trump podría tener consecuencias políticas en América Latina, especialmente en países como Colombia, donde los líderes de izquierda podrían utilizar la polarización entre Trump y los sectores progresistas para reforzar su discurso en las elecciones de 2026. Mientras tanto, en el ámbito geopolítico, la victoria de Trump refuerza su enfoque hacia Israel, pero también podría intensificar los conflictos en el Medio Oriente.

En definitiva, el voto latino en EE. UU. sigue siendo una fuerza potencialmente decisiva, pero aún fragmentada, mientras que el impacto de la política estadounidense se proyecta hacia América Latina, con perspectivas de un panorama internacional más polarizado en los próximos años.