[EDITORIAL] Crece ola de migrantes y desplazados

Con mucha frecuencia recibimos en nuestra sala de redacción llamadas de numerosos lectores que nos expresan su preocupación por el alto número de migrantes que comienzan a pulular por diferentes calles del perímetro urbano de Barranquilla. 

Se trata de una situación que tanto para barranquilleros como para visitantes es generadora de imágenes dolorosas protagonizadas por hombres, mujeres y niños, que de diversas formas socializan su condición de extranjeros en su gran mayoría.

En realidad para las administraciones tanto distrital como departamental esta situación se puede constituir nuevamente en un problema forzoso que demandará una atención adicional por la compleja situación que desde ya se vislumbra en Barranquilla y en varias poblaciones de nuestro departamento.

La misma naturaleza del fenómeno lo hace difícil de resolver, porque desde tiempo atrás viene existiendo el fenómeno de los desplazados por los grupos armados ilegales –que en nuestra ciudad y el Atlántico también los hay– en condiciones de extrema pobreza, generadas por el conflicto interno y últimamente por el incremento de los que continúan llegando desde el hermano país de Venezuela.

Es evidente que este problema  sigue siendo grave, por lo que ha exigido una mayor atención –adicional– para solucionarlo; en realidad se trata de una crisis de alcance humanitario, frente a la cual  se han dispuesto de algunos recursos para hacerle frente a la situación generada a raíz de esta problemática, la cual –incluso– ha traído como consecuencia que la mayoría de los hospitales de la red pública en estos momentos atraviesen una situación deficitaria, como consecuencia de la necesidad de invertir recursos en atención a esa población, asunto del cual tiene conocimiento el Ministerio de Salud a través de comunicaciones de advertencia que le han sido formuladas desde varios meses atrás.

Son incalculables los recursos dirigidos a la atención en salud a ciudadanos migrantes, hay que advertir que esa millonaria suma invertida en atención médica a esa población solo ha recibido del Gobierno Nacional una pequeña contribución.

Un reciente sondeo del Diario LA LIBERTAD, recoge aspectos cruciales de las condiciones en que vive la población de desplazados en los diferentes sectores de la ciudad, en los cuales se encuentran como si fueran refugiados abandonados a su suerte.

No se trata solamente del desplazamiento que los llevó al éxodo, son las carencias y la incertidumbre en que se mueven cotidianamente, están afectados por la falta de empleo, porque no tienen acceso a la educación, a los servicios de salud y a los planes de vivienda, es decir son diversas las necesidades.

Es necesario que organismos internacionales con el apoyo de entidades del Estado colombiano, desarrollen cuanto antes un tratamiento más efectivo tanto a los desplazados como a los refugiados venezolanos que se vinieron para nuestro país, para que no sigan sumidos en la postración en que se encuentran, tanto los que llegaron a Barranquilla y el Atlántico como los que se trasladaron a otras zonas de la región Caribe, como Maicao en La guajira y Cúcuta, en donde se dice que hay más venezolanos que nativos de esas zonas fronterizas.

Pero paralelamente a lo anterior, se suma el desplazamiento por motivos de orden social, como también la desbandada de vividores, que a la sombra de los verdaderos desplazados, recorren las calles de la ciudad en busca de hacerse a los apoyos gubernamentales tanto en el Distrito como de la Gobernación.

Estaremos pendientes de este fenómeno que se repite en Barranquilla y otras zonas de Colombia.