Calles de Sitges y Vilanova se inundan tras fuertes lluvias

Una violenta tormenta azotó el domingo por la tarde el municipio de Sitges, en Barcelona, provocando fuertes lluvias que alcanzaron entre 50 y 90 litros por metro cuadrado y que anegaron numerosas calles en la zona de Terramar. Estas precipitaciones, de carácter torrencial, también afectaron a localidades cercanas como Sant Pere de Ribes y Vilanova i la Geltrú, incrementando las dificultades para los residentes y el tráfico local.

El Servicio Meteorológico de Cataluña (Meteocat) emitió una alerta debido a la intensidad de las lluvias en las comarcas de Garraf, Alt Penedès y Baix Penedès. Según la entidad, los aguaceros podrían traer acumulaciones significativas en cortos períodos de tiempo y, además, se están formando nuevos sistemas de lluvia en el mar, lo que aumenta la posibilidad de nuevas tormentas. Meteocat advirtió: “Pueden dejar bastante agua en poco rato. Además, se forman nuevos aguaceros en el mar”. Las precipitaciones avanzan lentamente, lo que podría provocar lluvias intensas en las próximas horas en áreas como el Garraf y el Baix Penedès, motivo por el cual la Protección Civil de la Generalitat instó a los ciudadanos a mantener la precaución y a seguir las recomendaciones de seguridad.

Los bomberos de Cataluña, por su parte, han respondido a alrededor de 30 avisos en la zona del Garraf debido a inundaciones en bajos o acumulación de agua en algunos puntos críticos. A pesar de la situación, hasta el momento no se han registrado incidentes graves, aunque se espera que las condiciones puedan complicarse si las precipitaciones persisten.

Ante esta situación, el Gobierno catalán ha decretado una serie de restricciones de movilidad y el cierre de escuelas en nueve comarcas de Tarragona a partir de la medianoche del lunes. Estas decisiones se enmarcan en lo que se describe como la «traca final» de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), un fenómeno meteorológico que ha causado estragos en diversas regiones, incluyendo la Comunidad Valenciana, donde se han contabilizado más de 210 muertes como consecuencia de la crisis climática.

Además, la situación climática adversa ha provocado la suspensión de servicios de trenes en diversas líneas de Rodalies de Cataluña. Las rutas afectadas incluyen las líneas R13, R14, R15, R16 y R17, cuya circulación permanecerá suspendida hasta el lunes por la tarde debido a la previsión de lluvias intensas en el sur de Cataluña. La compañía ferroviaria Renfe informó en un comunicado que el servicio ferroviario en estos trayectos estará interrumpido hasta las 15:00 horas del lunes, con alternativas de transporte por carretera limitadas a un 40% en el tramo de Roda de Berà (Tarragona) de 6:30 a 9:30 horas, y al 20% el resto del día. Renfe ha indicado que informará a los usuarios a través de sus canales de comunicación sobre las últimas actualizaciones en las líneas afectadas y los servicios de autobuses adicionales para el martes.

Este evento climático extremo forma parte de una cadena de fenómenos similares que se han presentado en los últimos días en Cataluña y otras regiones de España. Especialistas del Servicio Meteorológico de Cataluña y de la Aemet han advertido que las danas, o depresiones aisladas en niveles altos, parecen estar incrementando en frecuencia e intensidad, y algunos expertos consideran que este fenómeno podría estar ligado al cambio climático. Los análisis preliminares sugieren que el calentamiento del Mar Mediterráneo puede estar generando condiciones favorables para la aparición de tormentas más severas y persistentes.

La situación en Cataluña es un reflejo de las crecientes dificultades que enfrentan varias comunidades en el Mediterráneo español debido al cambio climático. Los expertos advierten que las danas y otros eventos similares podrían tornarse más frecuentes en el futuro, representando un desafío no solo para los sistemas de emergencia, sino también para la infraestructura y la planificación urbana en estas áreas.

A medida que los episodios de tormentas intensas y precipitaciones torrenciales aumentan, los gobiernos locales y regionales tendrán que adaptar sus planes de contingencia y preparar mejor a la población para enfrentarse a este tipo de emergencias.