En medio de un clima político polarizado, sectores influyentes de Washington están intensificando sus esfuerzos para que el expresidente Donald Trump adopte una postura más agresiva frente a China, especialmente en el contexto de la situación en Taiwán.
Aunque Trump ha declarado que un conflicto en la isla no beneficiaría a Estados Unidos, los grupos halcones presionan para que se refuercen las medidas contra el gigante asiático.
Trump ha expresado su inquietud acerca de la dependencia de Estados Unidos en chips de Taiwán, anunciando su plan de trasladar parte de esta producción al país. A su juicio, la planta en Arizona aún no cumple con las expectativas, lo que aumenta la urgencia de diversificar la fabricación de semiconductores en el país.
Mientras tanto, las tensiones aumentan con acusaciones de que China ha estado llevando a cabo ciberataques contra figuras públicas como Trump y el senador J.D. Vance. A su vez, se ha señalado a Irán por un intento de asesinato contra Trump, lo que complica aún más el panorama y obstaculiza cualquier intento de acercamiento diplomático.
En Washington, los halcones están formando un consenso que rechaza cualquier forma de diálogo con China, atacando a aquellos que sugieren una aproximación más conciliadora. Personalidades como Cheng Li, un conocido sinólogo, han sido objeto de hostigamiento, obligándolo a trasladarse a Hong Kong por razones de seguridad. Este ambiente hostil también se extiende a ex disidentes chinos que viven en EE. UU., quienes son acusados de actuar como agentes de influencia en favor de Beijing.
La estrategia de estos grupos parece clara: incrementar la presión sobre China y empujar a Trump hacia una confrontación directa. Sin embargo, analistas advierten que un cambio significativo en el liderazgo político podría ser necesario para revertir esta tendencia y explorar alternativas diplomáticas que eviten una escalada hacia el conflicto armado. La situación actual deja a la comunidad internacional atenta a los movimientos de Washington, en un momento crítico para las relaciones entre EE. UU. y China.