En un giro importante para la estructura militar de Colombia, el Ministerio de Defensa ha anunciado la disolución de los Comandos Conjuntos, que coordinaban las operaciones de las tres ramas de las Fuerzas Militares desde hace dos décadas. Con esta decisión, el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea asumirán de forma independiente el control de las operaciones ofensivas, dándoles mayor autonomía y capacidad de respuesta ante las amenazas en el territorio nacional.
El cambio, formalizado en la resolución 4760, implica la eliminación de fuerzas de tarea conjuntas como Omega, Titán y Hércules, así como de los comandos específicos en áreas estratégicas como el Caguán y el Cauca. Estos comandos eran responsables de coordinar las operaciones en zonas de conflicto y frontera, pero a partir de ahora cada rama tendrá plena autoridad sobre sus actividades ofensivas en el país.
Según fuentes del Ministerio, esta nueva organización busca optimizar la efectividad y rapidez de las respuestas militares, especialmente en zonas críticas. «La reestructuración permitirá a cada fuerza concentrarse en su estrategia particular, en lugar de depender de una coordinación centralizada», comentó un vocero de la entidad.
El comandante de las Fuerzas Militares, Francisco Cubiedes, será quien supervise esta nueva etapa, con el objetivo de garantizar que el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea actúen en sintonía, pero con mayor flexibilidad para adaptar sus acciones a las necesidades de cada región. Las autoridades han señalado que esta independencia facilitará una mayor especialización y eficacia en el cumplimiento de la misión militar, reforzando la seguridad en zonas vulnerables como las fronteras y los puntos críticos de violencia en el país.