Este fin de semana, la delegación del Gobierno colombiano, encabezada por Vera Grabe, se reúne en Caracas con los representantes del ELN, liderados por ‘Pablo Beltrán’.
Esta cita marca el primer encuentro oficial desde mayo de este año, cuando ambas partes firmaron un acuerdo de participación ciudadana como parte de la agenda de paz. Sin embargo, las negociaciones han atravesado momentos difíciles y, tras meses de tensiones, el proceso se encuentra en una fase crítica.
Uno de los factores que ha complicado el diálogo es el acercamiento del Gobierno con los Comuneros del Sur, un grupo que el ELN considera como infiltrados estatales. Esta situación provocó desconfianza en la guerrilla, que cuestionó las verdaderas intenciones del Ejecutivo, creando un obstáculo en el camino hacia una «paz total».
A pesar de los desafíos, las partes aún comparten un objetivo en común: la firma de un acuerdo antes de mayo de 2025. En junio de 2023, cuando las conversaciones parecían avanzar, el Presidente Gustavo Petro y el líder guerrillero ‘Antonio García’ se dieron la mano en La Habana, simbolizando un compromiso de poner fin a décadas de conflicto. Sin embargo, con las actuales trabas en el proceso, cumplir ese objetivo parece cada vez más incierto.
Otro de los logros fue el establecimiento de un cese al fuego bilateral de seis meses, que se extendió, pero no logró renovarse en agosto. Desde entonces, la violencia ha resurgido, afectando tanto a militares como a civiles, con ataques y enfrentamientos continuos. Este clima de confrontación eleva la urgencia de alcanzar acuerdos concretos en Caracas.
A pesar de los desafíos, ni el Gobierno ni el ELN han mostrado intención de abandonar la mesa de negociaciones, aunque el desgaste es evidente. El Gobierno de Petro ha mostrado su intención de continuar dialogando, pero con límites, mientras el ELN mantiene una postura firme que ha evitado mayores concesiones.
Este nuevo ciclo de conversaciones en Caracas es una prueba decisiva para ambas partes. Con plazos y acuerdos en juego, la posibilidad de una paz estable depende de los avances que puedan lograrse en estos días. La esperanza de paz persiste, aunque las probabilidades de éxito son inciertas y los desafíos, enormes.