En medio de un clima de tensión política en Bolivia, el expresidente Evo Morales ha decidido iniciar una huelga de hambre con el objetivo de forzar un diálogo con el actual gobierno.
Esta medida llega tras 19 días de bloqueos de carreteras y protestas por parte de sus seguidores, quienes han manifestado su descontento con la situación actual del país.
Morales, en una declaración realizada desde la región de Chapare, subrayó que la huelga busca priorizar el establecimiento de mesas de diálogo donde se aborden temas cruciales como la crisis económica y la situación política.
«Es fundamental que se discutan estos problemas con la participación de organismos internacionales que garanticen la seriedad del proceso», afirmó el exmandatario.
El ex presidente también hizo un llamado a sus partidarios y al Pacto de Unidad, sugiriendo que consideren una pausa en los bloqueos mientras se busca una solución pacífica. Además, destacó la necesidad de que el gobierno retire a las fuerzas de seguridad de las calles para crear un ambiente propicio para el diálogo.
Uno de los puntos críticos que espera discutir es la crisis causada por la falta de dólares, que ha afectado las importaciones de combustible en el país. Morales también abordará la situación de líderes detenidos durante las protestas, insistiendo en que deben ser procesados únicamente por delitos pertinentes, no por su participación en movilizaciones.
Con esta huelga de hambre, Morales busca reavivar el diálogo en un momento de polarización política, haciendo un llamado a la paz y la comprensión entre las partes involucradas.