Ha sido capturado, alias, Jhon Naranjo, uno de los máximos extorsionadores en la orinoquía y amazonía colombiana pic.twitter.com/26TYzHbc0y
— Gustavo Petro (@petrogustavo) October 27, 2024
La captura de alias Jhon Naranjo en una operación militar en el Meta pone fin a su supuesta invulnerabilidad, la cual él atribuía a la protección de un muñeco en forma de duende.
En un giro insólito dentro del mundo del narcotráfico y las disidencias de las Farc, la captura de alias Jhon Naranjo no solo marca la caída de un líder criminal, sino que también evidencia el rol de las creencias populares en este tipo de organizaciones. Según miembros del frente 39, el cabecilla, además de liderar una extensa red de extorsiones y secuestros que generaba más de 33.000 millones de pesos anuales, mantenía un ritual peculiar con un muñeco al que consideraba su protector.
La operación, que tuvo lugar en La Esmeralda, Mapiripán (Meta), fue coordinada por el Ejército Nacional, cuyos efectivos detuvieron al cabecilla de forma efectiva. Durante el operativo, alias Jhon Naranjo intentó huir, pero resultó herido y fue trasladado a un centro asistencial en San José del Guaviare para recibir tratamiento médico, en un acto que, según las autoridades, “aseguraba su derecho a la vida”. En la intervención, se incautaron una pistola, varios panfletos utilizados para intimidar a la población, y el famoso amuleto que para el cabecilla representaba una protección contra la captura.
Alias Jhon Naranjo es señalado de dirigir múltiples actividades ilícitas en municipios como Villavicencio, Puerto Gaitán y Mapiripán, donde durante años intimidó a empresarios, agricultores y ganaderos para financiar las actividades de la Estructura 10 del grupo armado organizado residual en Arauca. Sin embargo, su fama se debía no solo a sus actividades criminales, sino también a la figura de un duende que llevaba siempre consigo, un muñeco que se convirtió en símbolo de su creencia en la protección mágica.
Con una vestimenta negra, barba blanca, un sombrero con el signo de pesos y una cadena de oro, el muñeco representaba, según sus hombres, un vínculo místico que el líder disidente creía tener con el más allá. Este objeto se utilizaba en rituales donde alias Jhon Naranjo pasaba horas «hablando y fumando habanos en su compañía», según fuentes locales. Se afirmaba que “se sentaba por horas a hablarle al muñeco, siempre lo tocaba y decía que le permitía oler cuando se acercaba alguna operación en su contra”, relató un poblador de la región según lo informado por una reconocida revista nacional.
Este tipo de creencias no es desconocido en el contexto del narcotráfico en Colombia, donde algunos delincuentes y guerrilleros recurren a amuletos o figuras místicas para obtener supuesta protección espiritual. La creencia en estos objetos, conocidos también como «fantoches», refleja una mezcla de superstición y desesperación que busca brindar seguridad y control en un ambiente marcado por la violencia y la traición.
El valor del duende y su efecto psicológico

La fascinación de alias Jhon Naranjo con el muñeco muestra cómo la cultura y la superstición se integran en la vida criminal. Estas creencias en amuletos y protecciones mágicas podrían ser vistas como una forma de sobrellevar los constantes peligros y amenazas del entorno criminal.
La dependencia en este tipo de rituales también plantea preguntas sobre la necesidad de buscar control y seguridad en un mundo donde la muerte y la violencia son moneda corriente. Finalmente, su captura demuestra que, pese a todos sus esfuerzos y la «protección» de su amuleto, la realidad es que estos rituales no ofrecen inmunidad frente a la ley y el orden.