El ejército israelí ha intensificado sus ataques en el sur de Líbano, lanzando bombas de fósforo sobre aldeas en la ciudad de Nabatiyeh, según informó la agencia oficial de noticias libanesa NNA. Las incursiones nocturnas han provocado incendios visibles desde los suburbios del sur de Beirut, con humo elevándose tras los bombardeos.
Durante los últimos días, la agencia ha reportado múltiples operaciones de destrucción de viviendas con explosivos en pueblos fronterizos. Estos ataques han resultado en la destrucción de varias casas y han dejado a algunos pueblos sin suministro eléctrico.
En un contexto de creciente tensión, Hezbollah ha afirmado estar en enfrentamientos directos con las fuerzas israelíes, que se han intensificado a «quemarropa». Un portavoz militar israelí, Avichay Adraee, declaró que se utilizaron 400 toneladas de explosivos para destruir una «instalación subterránea estratégica» de Hezbollah, generando temblores que activaron alarmas de terremoto en Israel.
Ayer, Hezbollah emitió órdenes de evacuación para los residentes de más de 20 localidades en el norte de Israel, advirtiendo que se habían convertido en objetivos legítimos debido a la presencia de tropas israelíes. También se lanzaron cohetes contra varios asentamientos israelíes y se atacaron grupos de soldados en el asentamiento de Shlomi.
Desde el inicio de este conflicto el 8 de octubre, el número de muertos ha aumentado a 2,653, mientras que la ONU estima que 1.3 millones de personas han sido desplazadas, incluyendo más de 800,000 dentro de Líbano y medio millón de refugiados sirios.
Los recientes enfrentamientos han generado una crisis humanitaria en la región, y las autoridades libanesas han instado a la comunidad internacional a intervenir y buscar soluciones para detener la violencia que afecta a miles de civiles.











