La Fiscalía revela cómo alias ‘El soldadito’ pasó de asesino a blanco de su propia banda, ‘Los Costeños’, que buscaba eliminarlo tras exponerse en los medios. El caso refleja una compleja red de amenazas y extorsión en Soledad, Atlántico.
En el municipio de Soledad, Atlántico, un crimen que aparentaba ser un caso más de violencia urbana ha revelado los oscuros métodos de ‘Los Costeños’, una de las organizaciones criminales más temidas en el Caribe colombiano. Según informó la Fiscalía Quinta Especializada de Barranquilla, Víctor Manuel, alias ‘El soldadito’, quien confesó haber asesinado al conductor José Luis Chaves Ardila de la empresa Cooasoatlán, pasó a ser blanco de su propia banda tras ser identificado en los medios de comunicación. La vida de ‘El soldadito’ tomó un giro cuando sus propios compañeros intentaron matarlo, al percatarse de que su exposición pública representaba un riesgo para ellos.
El Juzgado 101 Penal Municipal de Soledad dictó una medida de aseguramiento en centro carcelario en Medellín contra ‘El soldadito’, luego de que este aceptara su responsabilidad en el homicidio de Chaves Ardila. El conductor fue asesinado el 5 de septiembre en Soledad debido a que su empresa no cumplió con el pago de una extorsión de 80 millones de pesos que ‘Los Costeños’ habían exigido. Alias ‘El soldadito’ confesó que tras el crimen huyó y, temiendo por su vida, se entregó el 16 de octubre al Gaula de la Policía en Cartagena para buscar protección.

El caso ha dejado al descubierto el modus operandi de ‘Los Costeños’, quienes incluso falsificaron panfletos bajo el nombre del ‘Clan del Golfo’ para desviar la investigación. Según la Fiscalía, Cooasoatlán, la empresa de transporte en la que trabajaba la víctima, recibió varias amenazas de la banda, que utilizó esta táctica para exigir los 80 millones de pesos y presionar a los transportistas a realizar un depósito de cinco millones, con la promesa de permitir el tránsito seguro de sus vehículos. Sin embargo, la empresa no logró reunir la suma completa y tan solo entregó cinco millones de pesos en tres partes, lo cual no fue suficiente para evitar la tragedia.
La Fiscalía Quinta Especializada de Barranquilla presentó un sólido material probatorio que incluye grabaciones de seguridad en las que se observa a ‘El soldadito’ disparando contra Chaves Ardila mientras estaba en servicio. Este material, además de informes y testimonios, vincula directamente al imputado con la organización criminal y fue pieza clave para dictar la medida de aseguramiento. Tras la exposición mediática, ‘Los Costeños’ buscaron eliminar a alias ‘El soldadito’ como una medida de precaución ante la posibilidad de que él pudiera traicionarlos.
Las declaraciones del Fiscal durante la audiencia fueron contundentes: “Las evidencias muestran que este joven es objetivo militar de ‘Los Costeños’ porque trataron de acabar con su vida para callarlo”. Al darse cuenta del riesgo, alias ‘El soldadito’ huyó a Cartagena, desde donde solicitó su propio traslado a una cárcel en Medellín para proteger su vida. La solicitud fue aprobada por el juez ante el peligro evidente que representa seguir bajo la custodia de la misma organización criminal que lo contrató y ahora lo ve como un riesgo.
Durante la audiencia se reveló, además, que ‘El soldadito’ fue forzado a hablar directamente con alias ‘Castor’, un supuesto líder de la banda, quien lo habría presionado para que modificara su versión de los hechos. Ante esta situación, la decisión de enviarlo a Medellín fue vista como una medida urgente para proteger la integridad del joven, quien ahora es un objetivo militar para sus antiguos aliados.
La violencia sigue creciendo
Este caso saca a la luz cómo las bandas criminales operan y manipulan para mantener su control, incluso al precio de eliminar a sus propios miembros si estos representan un riesgo. La seguridad del testigo se convierte en un elemento crítico en la lucha contra el crimen organizado en el país, y aunque alias ‘El soldadito’ aceptó su implicación en el crimen, su testimonio podría ser fundamental para que las autoridades desarticulen la estructura de ‘Los Costeños’. No obstante, su vida corre peligro mientras sigan activos los mecanismos de control y represalias dentro de la organización.
Este tipo de situaciones expone la falta de seguridad para los testigos y colaboradores judiciales, una problemática que el sistema judicial enfrenta cuando intenta obtener cooperación por parte de individuos dentro de redes criminales. Es imperativo reforzar las medidas de protección y establecer protocolos más eficaces para garantizar la seguridad de aquellos que podrían aportar información clave en la lucha contra la delincuencia organizada en el país.