La rectora de la Institución Educativa INEM Miguel Antonio Caro defiende un enfoque de salud ante el presunto consumo de drogas por parte de estudiantes.
Un video que se ha vuelto viral en redes sociales ha generado una intensa discusión sobre el consumo de sustancias psicoactivas en el ámbito escolar. En este material audiovisual, dos jóvenes de la Institución Educativa INEM Miguel Antonio Caro, ubicada en Soledad, Atlántico, aparecen presuntamente consumiendo sustancias alucinógenas, lo que ha provocado un fuerte rechazo por parte de la comunidad educativa y los habitantes de la localidad.
La rectora del colegio, Lorena Martínez, se pronunció sobre el incidente, defendiendo la posición de los padres de los jóvenes, quienes han solicitado un enfoque más comprensivo. «Los padres de estos jóvenes están en la actitud de justamente llevarlos al principio de presunción de inocencia, ya que mencionaron que no era claro que los jóvenes estuvieran consumiendo, que no se veía humo. Sin embargo, aceptaron en llevar a sus hijos a una EPS para la respectiva revisión para saber si presuntamente estaban consumiendo», explicó la rectora a medios de comunicación nacional.
Martínez también abordó la política del colegio respecto al manual de convivencia, señalando que, si bien se aplicaría en función de que los estudiantes estaban «volados de clase», el enfoque general sobre el consumo de sustancias debería ser diferente. “De acuerdo a la normatividad vigente del consumo de sustancias psicoactivas no se puede considerar como una falta, sino que debe tratarse como un caso de salud. Toca activar las rutas de salud pública, de salud mental”, subrayó.
Apoyo y seguimiento a los estudiantes
Como parte de la respuesta institucional, tanto los jóvenes involucrados como sus familias están recibiendo un acompañamiento en psicoorientación. Esta medida se implementa a través del manual de convivencia y activa las rutas correspondientes según la ley, lo que permitirá que los estudiantes sean atendidos en su EPS y se evalúe si hubo consumo de sustancias.
Además, los jóvenes firmaron un acta de compromiso en la que aseguran que no estaban consumiendo drogas en el momento en que fueron grabados por un automovilista que pasaba por el lugar. Esta declaración añade una nueva dimensión al caso, ya que subraya la necesidad de un proceso claro y justo que permita esclarecer los hechos.
En resumidas cuentas, este incidente en Soledad plantea importantes interrogantes sobre cómo las instituciones educativas deben manejar el consumo de sustancias psicoactivas entre sus estudiantes. La posición de la rectora, que enfatiza la salud y el bienestar de los jóvenes, sugiere un enfoque preventivo y asistencial, en lugar de punitivo. En un contexto donde el bienestar emocional y mental de los adolescentes es crucial, es fundamental que se establezcan protocolos que prioricen la salud mental y la intervención adecuada, en lugar de simplemente imponer sanciones.
El debate sobre si el consumo de drogas debe ser tratado como una falta o como un problema de salud refleja una preocupación más amplia sobre cómo la sociedad aborda la adicción y el consumo en entornos jóvenes. En última instancia, la comunidad educativa, junto con los padres y las autoridades, debe trabajar en conjunto para crear un entorno que no solo sancione el comportamiento, sino que también promueva la rehabilitación y el apoyo emocional necesario para los jóvenes en riesgo.