El salvavidas de las térmicas: Amylkar Acosta advierte sobre la seguridad energética en Colombia

Amylkar Acosta, exministro de Minas y Energía y expresidente del Senado de la República.

El exministro de Minas y Energía, Amylkar Acosta, ha hecho un llamado urgente en su cuenta de X sobre la importancia del parque térmico de generación eléctrica en Colombia, que incluye 72 plantas que representan el 30% de la capacidad total del Sistema Interconectado Nacional (SIN). Acosta enfatiza que estas plantas son fundamentales no solo para Colombia, sino también para otros países de la región, como Ecuador y Brasil, al prevenir drásticos racionamientos de energía.

Según Acosta, la dependencia de las plantas térmicas es crucial, especialmente en un contexto donde la transición energética no debe comprometer la seguridad energética del país. Advierte que la descarbonización apresurada podría poner en riesgo el suministro eléctrico, similar a lo que ocurrió en Alemania, donde el cierre de plantas térmicas y nucleares llevó a una crisis energética después de la pandemia, obligando al país a reiniciar estas instalaciones a un alto costo.

El exministro también critica las recientes políticas del gobierno de Gustavo Petro, que han buscado reducir la dependencia de las fuentes fósiles. Acosta señala que el presidente ha mencionado la necesidad de sustituir plantas térmicas, como la Termoguajira, argumentando que su operación consume grandes cantidades de agua en una región que ya enfrenta problemas hídricos. Sin embargo, Acosta defiende que esta planta utiliza agua del mar, lo que contradice las afirmaciones del presidente.

Además, Acosta subraya la importancia del gas natural como «combustible puente» en la transición energética, destacando su menor impacto ambiental en comparación con el petróleo y el carbón. A medida que el mundo se mueve hacia energías más limpias, la planificación y el desarrollo de la infraestructura energética deben hacerse con cautela y previsión para evitar crisis futuras.

La discusión sobre la transición energética en Colombia es crítica, y las declaraciones de Acosta subrayan la necesidad de un enfoque equilibrado que garantice la sostenibilidad energética sin sacrificar la seguridad del suministro. La transición debe ser gradual y basada en realidades económicas y técnicas, en lugar de ser impulsada únicamente por ideologías.