Bajo Manhattan también es Barranquilla: Antonio Bohórquez

El concejal Antonio Bohórquez hizo un fuerte llamado de atención sobre las precarias condiciones de vida en la comunidad de Bajo Manhattan, ubicada en el barrio 7 de Abril de Barranquilla. Durante una intervención en el Concejo Distrital, Bohórquez subrayó que en esta zona no hay acceso a servicios básicos como agua, luz, alcantarillado y gas, lo que pone de manifiesto el abandono al que están sometidos sus habitantes.

En este lugar no hay agua, no hay luz, no hay alcantarillado, no hay servicio de gas, no hay nada. El distrito, nuestro alcalde nos tiene totalmente abandonados”, manifestó con firmeza el concejal.

Bohórquez describió Bajo Manhattan como una comunidad empobrecida que carece del más mínimo respeto hacia la dignidad humana. “No tiene el más mínimo atisbo de respeto a la dignidad humana, no tiene alcantarillado, no tiene vías, no tiene agua potable, no tiene energía eléctrica”, reiteró, señalando la profunda desigualdad que persiste en Barranquilla, una ciudad que, a pesar de su desarrollo en otras áreas, muestra una fachada de opulencia que contrasta con la realidad de estos ciudadanos.

El concejal también hizo hincapié en la lucha por la normalización urbanística en la ciudad, una estrategia que busca identificar y atender los focos de miseria que han proliferado más allá de las zonas tradicionalmente consideradas como vulnerables, como las villas miserias. “Hemos entregado competencias para esa normalización urbanística, para detectar el problema y para que en tiempo se resuelva, para que haya una inyección contra la indiferencia, para que los recursos se dirijan como corresponde”, señaló.

Sin embargo, Bohórquez no ocultó su indignación al criticar la asignación de $10.000 millones para el mantenimiento del malecón, cuando hay seres humanos viviendo en condiciones “infra humanas, en condiciones infra animales”, comparando el trato que reciben estos ciudadanos con el cuidado que se da a las mascotas. “Yo conozco de animales, de perros, de gatos, que les tratan muy bien, que tienen su alimentación adecuada, duermen adecuadamente, los bañan adecuadamente. Acá no. Acá hay seres humanos en condiciones precarias, paupérrimas”, argumentó.

Además, el concejal instó a la Secretaría de Planeación a proporcionar información sobre el avance de los proyectos de normalización urbanística, reclamando que se reconozca la existencia y los derechos de aquellos que viven en la pobreza. “Llamo la atención sobre ello, Yousand, porque no me parece que a esta altura del partido, una ciudad que es opulenta en algunos puntos, pero que es una ciudad que está buscando combatir la violencia… cierra los ojos ante una cruda realidad”, criticó Bohórquez.

La voz del concejal resuena como un eco de los barranquilleros y barranquilleras que habitan Bajo Manhattan. En un contexto donde la violencia es una constante, se convierte en un sacrilegio ignorar a los ancianos, niños y mujeres que habitan esta zona conflictiva. “Esos son seres humanos, son ancianos, niños, mujeres de nuestra ciudad. Ellos habitan nuestro territorio. A ellos no se les tiene en cuenta, ellos no hacen parte de las cifras gélidas o las alegres estadísticas”, subrayó.

Con su apasionada intervención, el concejal Bohórquez no solo resalta la urgencia de atender la pobreza en Barranquilla, sino que también convoca a la acción. A medida que la ciudad enfrenta desafíos complejos, la atención a estas comunidades olvidadas debe ser una prioridad. Sin un enfoque claro en la dignidad y los derechos humanos, Barranquilla corre el riesgo de perpetuar una profunda desigualdad, que amenaza no solo la paz social, sino también el futuro de toda la ciudad.

En conclusión, la situación en Bajo Manhattan es un recordatorio de que el progreso urbano no puede ser sostenible sin la inclusión de todos sus habitantes. La lucha por la dignidad humana y el reconocimiento de la realidad de las comunidades vulnerables es un desafío que debe ser enfrentado con urgencia por los líderes locales, para así construir un Barranquilla que sea verdaderamente inclusiva y equitativa.