El proyecto de ley impulsado por el Gobierno busca transformar el panorama laboral con nuevas normativas, fomentando el contrato indefinido y limitando la flexibilidad de los contratos a término fijo y por obra o labor.
El pasado jueves, la reforma laboral en Colombia dio un paso crucial al ser aprobada por la Cámara de Representantes, acercándose cada vez más a convertirse en ley. Tras superar diversas semanas de debate, el proyecto fue aprobado en primera instancia, y ahora avanza hacia el Senado de la República, donde enfrentará dos nuevos debates antes de su sanción definitiva.
A pesar de que el proyecto sufrió la eliminación de más de una veintena de artículos durante su revisión en la Cámara, el núcleo de la reforma sigue intacto. El objetivo principal es fomentar la formalización del empleo, promoviendo los contratos de trabajo indefinidos como una medida para contrarrestar la alta informalidad laboral que afecta al país. No obstante, aunque la reforma permite este tipo de contrato, establece restricciones importantes en su uso para garantizar su correcta aplicación.
Si bien el articulado ha sido modificado en algunos aspectos, aún persisten elementos que transformarán el panorama de la contratación laboral y los mecanismos para desvincular empleados en Colombia. A continuación, presentamos los puntos clave que cualquier empleador o empleado debe conocer sobre estos cambios fundamentales.
Fomentando el contrato indefinido
Uno de los pilares de la reforma laboral es establecer el contrato indefinido como el estándar en las relaciones laborales. Esta propuesta generó un debate considerable dentro del Congreso, dividiendo opiniones entre aquellos que buscan una mayor formalización y estabilidad para los trabajadores, y quienes abogan por la flexibilidad en sectores específicos de la economía.
Los sectores como la industria de la moda y las manufacturas, que dependen de ciclos de producción variables, argumentan que la contratación a término fijo o por obra es una herramienta esencial para ajustarse a las fluctuaciones del mercado. Por el contrario, los defensores de la reforma subrayan que las modalidades temporales de contratación han sido abusadas, contribuyendo a la inestabilidad laboral.
El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) reportó que el 56% de los trabajadores colombianos están empleados de manera informal, un problema persistente que el Gobierno busca solucionar a través de la implementación de contratos indefinidos. Según el artículo 5 de la reforma, se propone modificar el Código Sustantivo del Trabajo para que el contrato indefinido sea la norma y que las otras modalidades de contrato, como los contratos a término fijo y por obra o labor, se limiten a situaciones muy específicas.
El Gobierno ha justificado esta propuesta, argumentando que muchas empresas están usando modalidades como los contratos de prestación de servicios de manera inapropiada, lo que prolonga la inestabilidad laboral para empleados que pueden pasar años bajo la misma modalidad de contrato. “Los trabajadores y las trabajadoras serán vinculados mediante contrato de trabajo a término indefinido, sin perjuicio de lo anterior, podrán celebrarse contratos de trabajo, ya sea a término fijo, por el tiempo que dure la realización de una obra o labor determinada o para ejecutar un trabajo ocasional, accidental o transitorio”, explica el texto de la reforma.
Contratos a término fijo con restricciones
El artículo 6 de la reforma introduce nuevas restricciones para los contratos a término fijo, limitando su duración y las prórrogas. Los contratos a término fijo podrán tener una duración máxima de cuatro años, y deberán formalizarse por escrito para ser válidos. Si esta formalidad no se cumple, el contrato se convertirá automáticamente en un contrato a término indefinido.
Además, se regulan las prórrogas de este tipo de contratos. La prórroga pactada exige que tanto el empleador como el empleado acuerden por escrito la renovación del contrato, pero después de tres prórrogas, el contrato solo podrá renovarse por un año como mínimo. En cuanto a la prórroga automática, si ninguna de las partes manifiesta su intención de terminar el contrato 30 días antes de su vencimiento, este se renovará automáticamente por un período igual al inicialmente pactado.
Contratos por obra o labor bajo mayor control
El contrato por obra o labor es una modalidad común en sectores como la manufactura y la confección, donde los ciclos de producción son irregulares y las empresas necesitan contratar personal temporalmente. Sin embargo, la reforma laboral impone nuevas condiciones para este tipo de contratación.
Ahora, el contrato por obra o labor deberá realizarse por escrito, especificando claramente la obra o labor contratada. Además, si una vez finalizada la labor contratada, el trabajador sigue prestando servicios, el contrato se convertirá en un contrato indefinido. “Cuando no se cumplan las condiciones señaladas en el presente artículo, o cuando una vez finalice la obra o labor contratada, el trabajador continúe prestando sus servicios, el contrato se entenderá celebrado a término indefinido desde el inicio de la relación laboral”, señala el texto oficial.
En caso de que se inicie una nueva labor distinta, se podrá firmar un nuevo contrato, pero deberá incluir un acuerdo por escrito detallando la nueva actividad. Los trabajadores bajo esta modalidad también tendrán derecho a vacaciones y prestaciones sociales proporcionales al tiempo trabajado.
En síntesis, esta reforma representa un cambio significativo en la manera en que se gestionan las relaciones laborales en Colombia. Al poner el contrato indefinido como la norma, el Gobierno busca reducir la alta informalidad laboral, que afecta a más de la mitad de la población trabajadora del país. Sin embargo, los críticos señalan que este enfoque podría afectar sectores que dependen de la flexibilidad contractual, lo que podría repercutir negativamente en el empleo a corto plazo.
No cabe duda de que, de aprobarse, esta reforma marcaría un antes y un después en el marco regulatorio laboral de Colombia. El reto será encontrar un equilibrio entre la estabilidad laboral y la flexibilidad necesaria para sectores con ciclos productivos más volátiles. La puesta en marcha de estos cambios requerirá un seguimiento cercano para evitar que su implementación genere más complicaciones que soluciones en el complejo panorama laboral del país.