La oportunidad de que un sicario se convierta también en un héroe

Por Álvaro Cotes Córdoba

De acuerdo con la investigación y pruebas presentadas por la Fiscalía en el caso de la niña de 12 años de nombre Sofía, su asesino sólo la mató y después quiso desaparecer sus restos. No aparece en el acervo probatorio ninguna otras prueba, como por ejemplo de violación. Lo anterior se deduce del siguiente informe presentado por el ente acusador y divulgado a la opinión pública:

“Las actividades de policía judicial permitieron establecer que la víctima salió de la casa de los
abuelos a recoger en su lugar de residencia un champú para su mascota, y al pasar frente a
un establecimiento de venta de alimentos y artículos para animales, que pertenecía a Campo Pillimué, fue interceptada por esta persona e inducida a ingresar al local con el supuesto de que le regalaría un collar.
Posteriormente, el hombre bajó la reja del inmueble y la golpeó en la cabeza, causándole la muerte. Horas después envolvió el cuerpo en costales y lo trasladó en una motocicleta a cañadulzales (plantíos de cañas de azúcar), ubicados en la vía que conduce de Candelaria a Florida, en el Valle del Cauca”.

Es decir, se trató solo de un acto de feminicidio cometido por el confeso, que agravó más por los otros delitos que cometió, al secuestrarla y tratar de ocultar, alterar y destruir el material que lo implicaría, y por eso incineró sus restos.

Además, en el informe de la Fiscalía se advierte que el asesino, minutos antes, al parecer había intentado hacer lo mismo con otra niña, también de 12 años de edad, pero la menor logró escapársele:

“En el curso de la investigación se conoció que, minutos antes del crimen de la niña de 12 años, el hoy imputado presuntamente intentó secuestrar a otra menor de edad, también de 12 años, quien logró escapar del sitio…”.

Sofía pasó minutos más tarde y “El monstruo de Candelaria”, esa otra ocasión, fue más certero. Las niñas víctimas de asesinos como el engendro de Candelaria no se merecen que a sus victimarios se les siga manteniendo vivos, alimentándolos y dándoles oportunidades y respetándoseles sus derechos, ahora preso. En estos casos es cuando se necesita con urgencia que aparezca un sicario que quiera ser recordado también como un héroe.