Por Álvaro Cotes Córdoba.
Si no hubiera sido por un drogadicto, Luis Alfredo Garavito Cubillos, el hombre que violó y asesinó a más de 140 niños en todo el país, entre 1996 y 1999, nunca hubiera sido capturado y un número igual o mayor de niños habrían muerto de la misma manera a manos de ese asesino en serie de menores de edad que tuvo el país en un periodo de su violenta historia. Fue el verdadero gran héroe que nadie se acordó de él después de esa hazaña que tampoco ninguno destacó ni se lo agradecieron ni siquiera con una condecoración.
Su acto heróico se produjo, cuando se encontraba cerca de un monte, adonde había acudido para echar una cagada. En el momento en que se agachaba para defecar, escuchó los gritos de un niño y en seguida se le quitaron las ganas y acudió rápido al lugar donde provenían los gritos del menor. Al hallarlo, vio que el infante estaba desnudo, atado de pies y manos, y sometido por un hombre que intentaba abusar de él.
El drogadicto se acordó de su dignidad, la cual había olvidado que aún la tenía y apedreó al agresor del menor y el depravado asesino le respondió, atacándolo con un puñal, pero no pudo alcanzarlo. El hombre se escabulló entre la maleza.
El drogadicto llevó después al joven hasta una casa finca próxima, de donde dieron aviso a la Policía…
Continuará
