En Colombia, más de 54.604 mujeres padecen cáncer de mama, según el informe más reciente de Globocan de la Organización Mundial de la Salud (OMS), siendo esta patología una de las principales causas de mortalidad a nivel global.
Cada 19 de octubre, el mundo se tiene de rosa para conmemorar el Día Internacional de la Lucha Contra el Cáncer de Mama, con el que se hace un llamado a las mujeres a acudir periódicamente al médico con el propósito de identificar cualquier signo de alarma y, en caso tal, recibir un diagnóstico de la enfermedad de manera oportuna.
Sin embargo, también resulta importante saber que no todas la masas o bultos son indicativos de cáncer, tal y como lo indica la Dra. Laura Janneth Bernal, gerente de la Cohorte Oncológica de Compensar, quien detalla que mas más comunes son:
• Quistes mamarios: Son sacos llenos de líquido que se desarrollan dentro del tejido mamario. Suelen ser redondos o elípticos y, aunque pueden causar dolor o sensibilidad, generalmente no son cancerígenos. Los quistes simples no requieren tratamiento a menos que causen molestias significativas.
• Fibroadenomas: Son masas sólidas no cancerosas, comunes en mujeres jóvenes. Son móviles al tacto y varían en tamaño. Aunque no son peligrosas, a veces se recomienda extirparlas si crecen o si hay dudas sobre su naturaleza.
• Papiloma intraductal: Es un pequeño tumor benigno que se desarrolla dentro de los conductos mamarios y puede causar secreción sanguinolenta. Aunque es benigno, en algunos casos puede aumentar el riesgo de cáncer y requiere seguimiento médico cercano o cirugía.
“A pesar de que la mayoría de estas masas no son cancerosas, es fundamental que un médico determine si son síntomas de cáncer de mama”, detalló la profesional.
Otras condiciones del seno son: la mastitis, una infección que ocurre durante la lactancia o por tabaquismo; los lipomas, que son masas de grasa entre la piel y el músculo; y el galactocele, un quiste de leche que aparece cuando se interrumpe bruscamente la lactancia. Estas afecciones se tratan con analgésicos y antibióticos, sin necesidad de cirugía.
«Las mamografías digitales en 3D, por ejemplo, permiten detectar lesiones muy pequeñas, lo que mejora las probabilidades de un diagnóstico temprano. Además, avances como la cirugía robótica y las pruebas genéticas están ayudando a personalizar los tratamientos y aumentar las tasas de supervivencia”, destacó la Dra. Laura Bernal de Compensar.