El feminicidio de la menor Sofía Delgado sacude al Valle del Cauca. Bryan Campo Pillimué confesó su crimen y fue enviado a prisión bajo medida de aseguramiento.
Tras una extensa y reservada audiencia judicial, la Fiscalía General de la Nación informó que Brayan Snaither Campo Pillimué fue enviado a prisión luego de que un juez de garantías le impusiera medida de aseguramiento. Campo Pillimué fue acusado del feminicidio de Sofía Delgado, una niña de tan solo 12 años, en el municipio de Candelaria, Valle del Cauca.
El trágico suceso, que ha conmocionado a toda la región, ocurrió en un establecimiento comercial donde Campo vendía alimentos y artículos para animales. «El procesado aceptó de manera libre y voluntaria los cargos en su contra, y deberá cumplir medida de aseguramiento en centro carcelario», señala la misiva emitida por las autoridades judiciales.
Durante la audiencia, el acusado admitió ser responsable de los delitos de feminicidio agravado, secuestro simple agravado, tentativa de secuestro simple agravado, y ocultamiento, alteración y destrucción de material probatorio. Estos cargos se derivan del cruel asesinato de la menor, quien fue reportada como desaparecida el 29 de septiembre, y cuyo cuerpo fue encontrado 18 días después en unos cañaduzales cercanos.
Los trágicos detalles del crimen
De acuerdo con la información proporcionada por los investigadores del caso, el día del feminicidio, Sofía Delgado salió de la casa de sus abuelos con el objetivo de recoger un champú para su mascota en su propia residencia. Mientras caminaba, pasó frente al local de Brayan Campo, quien la invitó a entrar bajo el pretexto de regalarle un collar para su mascota.
Fue en ese momento cuando Campo Pillimué interceptó a la menor y la obligó a ingresar al establecimiento. El secretario de Gobierno de Candelaria, Eber Rivero, dio detalles espeluznantes sobre el suceso: «Está probado y confesado además, que este sujeto ese día después de que ingresó a la niña, en el forcejeo, porque pues la niña rápidamente al sentirse digamos secuestrada trató de reaccionar, y el tipo para tratar digamos de neutralizarla, le dio un golpe fuerte en la cabeza que le ocasionó la muerte».
El golpe resultó fatal para la pequeña Sofía. Tras el asesinato, Campo bajó la reja del local, escondió el cuerpo de la niña en un costal de comida para perro y lo transportó en una motocicleta para deshacerse del cadáver. Antes de hacerlo, limpió el lugar en un intento por borrar cualquier rastro de sangre y fluidos.
Intento de secuestro previo
Los investigadores también revelaron que, momentos antes del crimen, Campo Pillimué había intentado secuestrar a otra niña de la misma edad, quien logró escapar. Este hecho ha generado aún más indignación, pues evidencia que el criminal tenía la intención de llevar a cabo otros actos atroces.
El cuerpo de Sofía Delgado fue hallado días después, abandonado en unos cañaduzales, lo que marcó el fin de una búsqueda desesperada por parte de las autoridades y la familia de la menor. Su desaparición, reportada el 29 de septiembre, mantuvo en vilo a la comunidad durante más de dos semanas hasta que su trágico destino fue descubierto.
En efecto, el caso de Sofía Delgado no solo ha generado un profundo dolor en la comunidad de Candelaria, sino que también ha abierto el debate sobre la necesidad urgente de reforzar las políticas de protección a menores y mujeres en Colombia. El feminicidio, una de las formas más crueles de violencia de género, sigue siendo una realidad alarmante en el país.
Es fundamental que las autoridades judiciales actúen con celeridad en la resolución de estos casos y que se refuercen los mecanismos de prevención para evitar que niñas y mujeres sigan siendo víctimas de estos crímenes atroces. La confesión de Brayan Campo ha permitido avanzar rápidamente en el proceso judicial, pero la justicia debe ir acompañada de estrategias de prevención eficaces que protejan a la población vulnerable.
Este caso, como tantos otros, pone de manifiesto la necesidad de un cambio en la cultura de violencia que persiste en ciertas regiones del país. Solo a través de un trabajo conjunto entre el Estado, las instituciones y la sociedad civil se podrá construir un entorno más seguro y digno para todas las mujeres y niñas en Colombia.