Dirigentes nacionales y regionales abandonan el movimiento Colombia Humana y abren un diálogo popular para la construcción de un nuevo acuerdo político. El nuevo partido seguirá en el espectro progresista y alternativo, ratificando su respaldo al gobierno del cambio.
En un movimiento político sin precedentes, varios dirigentes nacionales y regionales del movimiento Colombia Humana anunciaron su renuncia colectiva, con la intención de crear una nueva fuerza política que mantenga el ideario progresista y alternativo. Los firmantes del comunicado expresaron su inconformidad con el rumbo que ha tomado Colombia Humana, destacando que la toma de control por parte de un sector de la bancada parlamentaria ha desviado los principios fundacionales del movimiento.
El comunicado, titulado “Imposible Quedarnos”, resalta el dolor colectivo que sienten los exmilitantes por tener que abandonar las filas de un proyecto que, según sus palabras, fue construido con «sangre y lágrimas» a lo largo y ancho del país. Los dirigentes reconocen el legado histórico del movimiento, que nació bajo el liderazgo de Gustavo Petro, actual presidente de Colombia, y que se propuso llevar a cabo una transformación política y social en el país.
Sin embargo, tras un proceso de deterioro en la organización interna, los firmantes consideran que Colombia Humana ha perdido su rumbo, convirtiéndose en un «aparato anacrónico e ineficiente». En su renuncia, aseguran que el movimiento se ha alejado de su esencia progresista, y que ha caído en las dinámicas tradicionales de la politiquería, lo que ha provocado una crisis en su dirección. «Nos vamos rescatando el pensamiento político de nuestro compañero presidente para trascenderlo», subraya el comunicado, destacando que su decisión es firme y está enfocada en crear una nueva estructura política.
Un nuevo proyecto político para el cambio
El nuevo partido que estos dirigentes están construyendo promete ser un espacio de participación democrática, donde las bases populares tengan una mayor incidencia en la toma de decisiones. Los líderes se proponen mantener el legado de Colombia Humana, pero en un marco organizativo que garantice la participación de la ciudadanía y que no se vea afectado por intereses personales o sectarios.
En el manifiesto, los exmilitantes reiteran su respaldo al gobierno del presidente Gustavo Petro, subrayando que siguen comprometidos con el «proyecto político progresista del cambio». El nuevo partido tiene como objetivo consolidar una agenda que promueva justicia social, equidad, y paz, tanto a nivel nacional como internacional.
Una de las primeras acciones que se derivan de esta renuncia colectiva es la convocatoria a una «Gran Conversa Popular Nacional», un espacio de diálogo donde se debatirán las bases de este nuevo acuerdo político. Este proceso culminará con una consulta popular abierta que buscará conformar la lista del pueblo al Congreso de la República, de cara a las elecciones de 2026.
Críticas a la dirección de Colombia Humana
El manifiesto también incluye fuertes críticas a la actual dirección de Colombia Humana, acusándola de desvirtuar los ideales del movimiento y de manipular las decisiones en beneficio de un pequeño grupo de poder. Los renunciantes denuncian que el movimiento ha sido «presa fácil de las jugadas golpistas de la derecha», y que su crisis interna ha sido aprovechada por sectores políticos que buscan desestabilizar el proceso de cambio impulsado por el gobierno de Petro.
A pesar de los obstáculos que han enfrentado, los exmilitantes de Colombia Humana aseguran que no claudicarán en su lucha por un cambio estructural en Colombia. «Este sueño político no puede estar a la sombra de intereses minúsculos», manifiestan en su carta, reiterando su compromiso de mantener viva la llama de la transformación social.
En síntesis, este movimiento representa un momento crucial en la política colombiana. La creación de un nuevo partido progresista, en un contexto donde el país enfrenta grandes retos sociales y económicos, podría revitalizar el panorama político alternativo. La decisión de los exdirigentes de mantener su respaldo al gobierno de Petro indica que, a pesar de las diferencias internas, existe un consenso en torno a la necesidad de impulsar las reformas propuestas por el presidente.
La renuncia colectiva también plantea un desafío para Colombia Humana. La salida de varios de sus líderes y militantes más influyentes podría afectar la capacidad del movimiento para mantener su cohesión y su influencia en el panorama político nacional. Por otro lado, la creación de una nueva fuerza política podría abrir espacios para un debate más amplio sobre el futuro de la izquierda en Colombia y la implementación de un modelo de gobernanza más inclusivo y participativo.