En un acto que ha reavivado el debate sobre la pena de muerte en Estados Unidos, el estado de Alabama ha llevado a cabo la ejecución de Derrick Dearman, un hombre condenado a muerte por asesinar a cinco familiares de su exnovia en un episodio de violencia extrema ocurrido en 2016.
La ejecución tuvo lugar en la prisión William C. Holman de Atmore, donde Dearman, de 36 años, recibió una inyección letal y fue declarado muerto a las 6:14 p.m. hora local. Según el Departamento de Correcciones de Alabama, sus últimas palabras fueron de arrepentimiento: “Perdónenme, familia de las víctimas. Esto no es para mí, es para ustedes. He causado tanto daño. A mi familia, ya saben que los amo”.
Dearman decidió renunciar a sus apelaciones legales en los meses previos a su ejecución, expresando su deseo de “pagar una parte de su deuda con la sociedad” por sus crímenes. En un comunicado emitido desde el corredor de la muerte, enfatizó que su objetivo era que el enfoque se desplazara hacia las víctimas y sus familias.
El horroroso crimen ocurrió en la noche del 19 al 20 de agosto de 2016, cuando Dearman forzó su entrada a la casa de su exnovia, Laneta Lester, quien se había refugiado allí con su hermano, Joseph Adam Turner. Armado con un hacha y un arma de fuego, Dearman desató su furia, causando la muerte de Turner y de cuatro miembros de la familia: Robert Lee Brown (26), Chelsea Marie Reed (22, embarazada), Justin Kaleb Reed (23) y Shannon Melissa Randall (35). Exhibiendo una violencia indescriptible, Dearman dejó a Laneta Lester y al bebé de tres meses de Turner y Randall ilesos.
Este caso ha conmocionado a la comunidad local y ha suscitado un debate nacional sobre la violencia de género y la responsabilidad del sistema judicial en la protección de las víctimas. La ejecución de Dearman se ha convertido en la quinta en Alabama en lo que va del año y la número 20 en todo Estados Unidos. Desde la reinstauración de la pena de muerte por el Tribunal Supremo hace casi cinco décadas, un total de 1,602 personas han sido ejecutadas en el país, 77 de ellas en Alabama.
La Ley de Justicia Penal en Alabama y las circunstancias detrás de este caso continúan reflexión en la sociedad, donde se intercalan la discusión sobre los derechos humanos, la rehabilitación y la justicia retributiva.