Santa Marta en alerta roja por posibles crecientes súbitas en ríos clave de la ciudad

Monitoreos en ríos // Foto: Alcaldía de Santa Marta

Santa Marta ha sido puesta en alerta roja debido a las fuertes lluvias que han azotado tanto las áreas urbanas como rurales en los últimos días. La declaración fue emitida por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), ante el riesgo de crecientes súbitas en los principales ríos de la ciudad: Piedras, Gaira y Manzanares. El aumento de las corrientes podría generar desbordamientos e inundaciones, poniendo en peligro tanto a los residentes como a los turistas que se encuentran de vacaciones en la capital del Magdalena.

La situación de riesgo se ve agravada por el paso de la Onda Tropical número 43, parte de la actual temporada ciclónica, la cual ha incrementado las precipitaciones en buena parte del Caribe colombiano. Esta onda tropical podría generar lluvias intensas y descargas eléctricas, lo que eleva aún más el peligro para Santa Marta y sus alrededores. De acuerdo con el Ideam, la alerta roja implica que el riesgo de crecientes súbitas es máximo, y las autoridades locales están tomando medidas preventivas para minimizar posibles daños.

El alto número de visitantes que se encuentran en la ciudad durante esta temporada ha llevado a las autoridades a emitir recomendaciones de seguridad. Alex Velázquez, director de la Oficina de Gestión de Riesgo y Cambio Climático (Ogricc), afirmó que se ha desplegado personal en áreas vulnerables para monitorear la situación. “Tenemos presencia permanente y monitoreo constante en las riberas de los ríos, con especial atención en Minca, con personal de la Defensa Civil, Cuerpo de Bomberos y Cruz Roja. Emitimos esta alerta y esperamos que la ciudadanía atienda”, declaró Velázquez, subrayando la importancia de seguir las recomendaciones para evitar tragedias.

Las autoridades han pedido a la población estar alerta y tomar medidas de prevención en caso de que los niveles de los ríos aumenten de manera considerable. Entre las principales recomendaciones se encuentra el monitoreo constante del nivel de las aguas en los ríos y quebradas cercanas a las viviendas. Si en algún momento se observa un desbordamiento o si el agua comienza a entrar en las casas, se insta a los residentes a evacuar de inmediato. Del mismo modo, si se perciben grietas o un colapso parcial en las estructuras de las viviendas, es fundamental abandonarlas para prevenir daños mayores.

En caso de emergencia, las autoridades han dispuesto líneas de atención para que los ciudadanos puedan comunicarse con los servicios correspondientes:

  • Bomberos: 119 – 318 8763338
  • Defensa Civil: 114 – 323 2090557
  • Cruz Roja: 132 – 317 6610392
  • Policía: 112 – 321 4277385
  • Ogricc: 301 5993979
  • Centro Regulador de Urgencias y Emergencias (CRUE) Ambulancia: 123 – 300 6413977 – 350 6780054
  • ESSMAR: 116 – 605 4209675 (opción 1)
  • Armada de Colombia (Guardacostas Santa Marta): 146 – 350 5670044

La alerta roja también implica un estado de preparación por parte de los organismos de emergencia de la ciudad, quienes ya han puesto en marcha un plan de contingencia para responder a cualquier eventualidad. Este incluye la vigilancia constante de las riberas de los ríos y la pronta respuesta a cualquier reporte de desbordamiento o afectación.

La situación ha generado preocupación no solo por los riesgos inmediatos, sino también por el impacto a mediano plazo en las comunidades que dependen de los recursos hídricos de estos ríos. Las crecientes súbitas no solo representan una amenaza para las viviendas cercanas, sino también para la infraestructura turística, agrícola y vial de la región.

Ante este escenario, surgen preguntas sobre la capacidad de respuesta de la ciudad frente a fenómenos climáticos cada vez más extremos. ¿Está Santa Marta suficientemente preparada para enfrentar este tipo de emergencias? ¿Qué medidas se pueden implementar a largo plazo para mitigar el impacto de estos eventos en el futuro? La prevención y una gestión efectiva del riesgo serán cruciales para proteger tanto a la población local como a los visitantes en una ciudad que enfrenta crecientes desafíos ambientales.