Inflación en Colombia alcanza su nivel más bajo desde 2021: ¿Se acerca el alivio económico?

En un contexto de incertidumbre económica y expectativas sobre la inflación, Colombia ha registrado una caída en la inflación anual al 5,81% en septiembre, según el informe presentado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). Esta cifra no solo marca una reducción significativa frente al 10,99% registrado en septiembre de 2023, sino que también representa el nivel más bajo del Índice de Precios al Consumidor (IPC) desde diciembre de 2021, cuando se situó en 5,62%.

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El descenso se produce tras un pico inflacionario del 13,34% alcanzado en abril de 2023. Desde entonces, los precios han mostrado una desaceleración constante, alineándose con las proyecciones del Banco de la República, que prevé cerrar el año con una inflación en torno al 5,5%. Este comportamiento refuerza las expectativas optimistas de ciertos sectores económicos que ven en esta cifra un posible indicio de estabilización de los precios.

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Sin embargo, no todos los sectores experimentaron esta desaceleración de manera uniforme. En particular, las categorías de ‘Educación’ y ‘Restaurantes y hoteles’ mostraron los mayores incrementos, con alzas del 10,76% y 9,08%, respectivamente. Pese a esto, el impacto más relevante proviene de la categoría de ‘Alojamiento, agua, electricidad y gas’, que, al haber registrado un aumento del 8,49%, contribuyó con 2,58 puntos porcentuales al dato inflacionario. El costo de los arrendamientos continúa siendo uno de los principales factores que impulsa los precios al alza dentro de esta categoría.

Por otro lado, sectores como ‘Recreación y cultura’ y ‘Información y comunicaciones’ presentaron variaciones negativas, con caídas del -0,01% y -0,76%, respectivamente. Esto sugiere que, a pesar de las dificultades en ciertos rubros, existen espacios de alivio para los consumidores en áreas de menor impacto económico.

El análisis por ciudades destaca a Bucaramanga, Riohacha y Valledupar como las zonas con mayores variaciones en la inflación, alcanzando 6,95%, 6,39% y 6,31%, respectivamente. En contraste, las ciudades con los menores aumentos fueron Villavicencio (4,32%), Neiva (4,44%) y Santa Marta (4,54%), mostrando que la desaceleración no ha sido homogénea en todo el país.

A pesar de esta caída general en el IPC, el dato mensual registró un aumento del 0,24% en septiembre, un ligero repunte respecto al inusual 0,0% observado en agosto. La directora del DANE, Piedad Urdinola, explicó que este comportamiento se debe a que «los alimentos y las bebidas no alcohólicas ya no empujan el promedio hacia abajo», señalando que, aunque productos como las papas, cebollas, moras, arroz y queso siguen mostrando precios a la baja, no fueron suficientes para compensar el aumento en frutas frescas y cacao. Esto refleja una estabilización en el sector alimentario, que había sido uno de los principales impulsores de la inflación en meses anteriores.

En términos de expectativas, el resultado mensual se alinea casi perfectamente con las previsiones de los analistas económicos consultados por el Banco de la República, quienes habían estimado una variación de 0,27%. A pesar de estas cifras alentadoras, las tasas de interés en el país permanecen altas, con el Banco de la República manteniendo el tipo en 10,25% tras cinco reducciones consecutivas de 50 puntos básicos. Aunque el Gobierno aboga por una mayor reducción, argumentando que los datos actuales de inflación justifican un recorte más agresivo, el banco central ha optado por una postura más cautelosa.

Este contraste entre la bajada de la inflación y las aún elevadas tasas de interés plantea interrogantes sobre el rumbo económico a seguir. ¿Será suficiente la tendencia descendente de los precios para que el Banco de la República reduzca las tasas de interés de manera más significativa? ¿Cómo afectará este panorama a los consumidores y a los sectores que aún enfrentan presiones inflacionarias? Lo que está claro es que, aunque se han logrado avances, el camino hacia una estabilidad económica completa aún presenta desafíos considerables.