Editorial Grosero, no contribuye a solucionar el tema del cobro de terceros en el recibo de la luz. El Espectador les dio sopa y seco.

alfonso camerano

Por: Alfonso Camerano Fuentes

El periodismo militante se ha impuesto en los medios con tal fuerza que no es fácil distinguir un panfleto de Vargas Vila contra Núñez, de un editorial que nada envidiaría en uso y abuso de adjetivos venenosos, en medio de un reguero de “verbos rectores” en los que campea el ánimo de impactar al lector, el verdadero irrespetado.

Innecesario, desde el titular escogido, para el editorial de domingo de El Heraldo, con el dardo “La salida en falso de Air-e una improvisación en su máxima expresión”, dirigido a darle “una limpia” al Agente Interventor”, Carlos Diago Abello, que denota, sin análisis periodístico serio, la “toma de posición” por el medio de prensa al asumir para sí la de “parte agraviada”, sin lograr convencer cuando usa, como remiendo, los intereses colectivos, representados en la tasa de seguridad; o el cobro del consumo del alumbrado público o el valor de la recogida de las basuras, buscando arroparse, sin alcanzar a cubrirse ni la cabeza ni los pies, al no esconder su preferencia por intereses particulares de empresarios cuestionados que, desde el Air-E, antes de la intervención del gobierno del Presidente Petro, feriaron al alza la compra del kilovatio/hora, lesionando la empresa, que reventaron, pero, algo más grave, conforme lo explica un medio nacional, El Espectador, afectaron el precio del Kw/h del mercado nacional, irradiándolo, como pandemia, al resto de los colombianos, realidad que, la ira del editorialista, no lo deja ver perdiendo su misión crítica.

Es El Espectador del domingo el que nos ayuda a entender, sin abusar de la
retórica, qué pasa con Air e, veamos:

“Por esos días trascendió, a través de los voceros de Air – E, que la crisis, en especial la de caja, se produjo por el costo del kilovatio-hora en la bolsa de energía y pidieron investigar a la generadoras por una posible distorsión de los precios. Sin embargo, más allá de lo que arroje esa indagación, El Espectador pudo verificar que la empresa Air-e antes de su intervención realizó movidas cuestionadas, que habrían afectado su bienestar como empresa así como el mercado M, afectando a los usuarios”.

El periodismo serio está obligado a estudiar, encontrar la verdad en los entresijos de intereses privados y públicos que bien pueden confundirse si no se desciende a la fuente “desprovistos de estímulos”, así sean los que se adornan de cuestionable regionalismo o activados por otros intereses que van más allá del enconado problema.

Continúa El Espectador, bajo la pluma de la seria comunicadora Natalia Herrera Durán, sobre el empresario innombrable, ausente en el editorial del diario local, dueño de las decisiones de
de Air-e:

“Es decir, Air-e, bajo la administración de Luis Alberto Ríos Velilla del reconocido empresario paisa del sector de los servicios públicos y de aseo que la adquirió, que no quiso comprar a $365/kwh, porque le pareció caro, pero cuando era posible que nadie les ofertara, publicaron una convocatoria donde se compraron a sí mismos a $743,96/kwh. En marzo de 2024, el precio promedio de bolsa (que estaba alto por el fenómeno de El Niño) fue de $622.31/kwh”

“Todo se fue al mismo bolsillo, del mismo dueño. Solo en ese contrato m, en esa marrulla, tuvieron utilidades cercanas a los $40.000 millones. Esa noticia no la han dado”, sostuvo un agente del mercado, que pidió no ser identificado para evitar represalias.”

Nos preguntamos de qué fuente abrevó el editorialista regional? Como así que no vio lo que, desde la capital, nos entrega otro tipo de enfoque, serio, interesado en descubrir una verdad.

Terminará perdido el medio barranquillero, tal como empezó, más interesado en “cascar” al Agente Interventor; se le olvidó que el negocio de la tasa de seguridad entre Gobernación y Alcaldía no le gustó a nadie en la ciudad y el departamento, porque de seguridad “cero pata e golero”, eso se guardó. Menos asintió la ciudadanía que la Gobernación la pignorara a los bancos privados, por $1.9 billones, según salió quejoso el abogado Rachid Náder, de la Gobernación, culpando al gobierno nacional y al ingeniero Diago por lo que ellos decidieron a espaldas de la gente; ellos disponen de la gruesa sin preguntarle a los contribuyentes, pero el paganini es Petro y Diago, linda melodía.

Se le olvidó que el dinero de las basuras de “don William” – el mismo que promovió arrojarlas a las calles de Bogotá para joder la Alcaldía de Petro – las tiene judicializadas, conforme lo declaró su apoderado, el distinguido colega penalista Jaime Lombana, porque, según su dicho, las cuentas no están claras; aún así, firmaron un “acuerdo de pago”, según informa El Espectador, y solo faltaba bajarse con la última cuota.

Y la del Alumbrado Público, empresa concesionada, que acumuló el capital suficiente para ingresar por la puerta adjunta, a la propiedad de la Triple A, cuando la soltó la SAE del gobierno Santos, y ahora se beneficia con el cobro incluido en el recibo de Air-e, tal vez la almendra del negocio, que en Barranquilla y el Atlántico nadie pagaría si el recaudo lo abren o se lo suman al Predial o las multas de tránsito, tampoco dice nada el diario de la Región.

Ya el Agente Interventor, ingeniero Carlos Diago Abello, manifestó este fin de semana su interés en abrir una Mesa de Diálogo, con los actores públicos, privados y la Comunidad, pero no es a punta de insultos como se abrirán las soluciones.

Los andinos dicen, “hagámonos pasito”, señores del Editorial político de ayer domingo, – y lo propio a los que facturan sus diatribas -, porque así, tapando el sol de la corrupción con las manos seguiremos igual de jodidos, recibiendo quebradas las empresas de servicios políticos, saqueadas a la vista de todos, como hicieron con la Triple A, con la complicidad de los que callan, advertidamente, el timo de nuestro patrimonio, para seguir “chupando grueso”.

Cálmense, séquense de labio mojado con la manga de la camisa, y muéstrense sosegados.

A nadie asustan.