La trágica muerte de Madeleine Esther Rossta Morales, una comerciante de 33 años, ha impactado profundamente a la comunidad de Barranquilla y ha puesto de relieve la creciente preocupación por la violencia de género en la región.
El ataque fatal ocurrió en el barrio El Valle, donde Madeleine fue interceptada por un hombre y una mujer mientras se desplazaba en motocicleta. Los agresores dispararon en su contra, causando su muerte al instante.
Este crimen despierta temores sobre un entorno cada vez más hostil para las mujeres en el departamento del Atlántico.
Previamente a su asesinato, Madeleine había presentado denuncias por violencia intrafamiliar, un factor que ahora se investiga por su posible relación con el ataque.
Las fuerzas de seguridad, lideradas por la Policía Judicial Sijín, están recopilando testimonios de familiares y exparejas, además de analizar grabaciones de cámaras de seguridad en un intento de identificar a los responsables de este escalofriante crimen.
El caso de Madeleine no es un hecho aislado. En lo que va del año, el Atlántico ha registrado 52 asesinatos de mujeres, de los cuales al menos diez han sido clasificados como feminicidios. Las estadísticas revelan un panorama preocupante, con más de 2,033 denuncias por violencia intrafamiliar reportadas en el mismo periodo, lo que enfatiza la urgente necesidad de medidas efectivas para combatir esta problemática.
Mientras las autoridades se comprometen a esclarecer los motivos detrás del asesinato y buscar justicia para la víctima, la comunidad de Barranquilla demanda acciones concretas y un enfoque más robusto en la lucha contra la violencia de género. La muerte de Madeleine Esther Rossta Morales se convierte en un triste recordatorio de la lucha continua por la seguridad y el respeto hacia las mujeres en la sociedad.