Claudia Sheinbaum aclara el beso en la mano a Manuel Velasco tras su toma de posesión

Luego de asumir la presidencia de México, Claudia Sheinbaum se ha visto envuelta en una controversia generada por un gesto durante la ceremonia de su toma de posesión. En un video y fotografías compartidas ampliamente en redes sociales, se ve a Sheinbaum dándole un beso en la mano al senador del Partido Verde, Manuel Velasco. Este acto desató críticas por parte de algunos opositores al régimen morenista, quienes cuestionaron el gesto y lo interpretaron como algo más allá de una simple cortesía.

Durante su primera conferencia matutina como presidenta, Sheinbaum decidió aclarar la situación y explicó el motivo detrás de su acción. “Yo me acostumbré que si llegan a darme un beso en la mano, yo regreso el beso. Es una práctica que tengo, la hice en toda la campaña, desde hace mucho tiempo y fue eso sencillamente”, comentó Sheinbaum, desestimando cualquier interpretación negativa del gesto y subrayando que se trataba de algo que ha hecho de manera habitual.

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Este hecho fue difundido especialmente por uno de los críticos más visibles de la administración de Sheinbaum, el empresario Claudio X. González, quien compartió la imagen a través de su cuenta de Twitter, capturada por un fotógrafo de un medio de comunicación nacional. González, al tuitear la imagen, escribió: «¡Dice tanto!», sugiriendo que el beso tenía un significado político más profundo. Este comentario no tardó en generar una ola de reacciones en redes sociales, tanto de apoyo como de rechazo.

Sin embargo, en los registros visuales del momento, ni en las fotografías ni en los videos de la toma de posesión se observa a Velasco devolviendo el beso. Según los materiales difundidos, el senador únicamente la saluda de manera formal. Esto ha llevado a muchos a preguntarse si el gesto fue simplemente un malentendido o una exageración por parte de los opositores.

La explicación de Sheinbaum parece estar alineada con su comportamiento en otros momentos de la campaña presidencial, en los que también se ha observado su costumbre de devolver besos en la mano como un gesto de cortesía. “La hice en toda la campaña, desde hace mucho tiempo”, reafirmó en la mañanera, enfatizando que no se trataba de algo extraordinario o fuera de lugar en su forma de interactuar con colegas y personas en su entorno.

Este pequeño episodio ha vuelto a poner en evidencia las tensiones entre el gobierno actual y ciertos sectores de la oposición, quienes no pierden la oportunidad de utilizar cualquier detalle para criticar o generar controversia. No obstante, Sheinbaum ha decidido restar importancia al tema y seguir enfocada en los desafíos que su nuevo rol implica.

En resumen, lo que comenzó como una imagen aislada compartida en redes sociales, rápidamente escaló a un debate más amplio, donde el gesto simbólico del beso en la mano ha sido analizado, comentado y, para algunos, magnificado. A pesar de las críticas, Sheinbaum ha mantenido su postura tranquila, recordando que es simplemente parte de su estilo personal y no algo que deba interpretarse como un mensaje político.