El gobierno de Israel prohíbe la entrada al secretario general de la ONU tras acusarlo de no condenar de manera clara los ataques iraníes y de apoyar a grupos terroristas. La medida intensifica las tensiones entre Israel y la organización internacional.
El gobierno israelí ha decidido prohibir la entrada al secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, tras considerarlo como una figura contraria a los intereses del país, en particular por no condenar de manera clara los ataques recientes en su territorio. Esta medida ha intensificado aún más las tensiones entre Israel y la ONU, en medio de un clima ya convulso por el conflicto en Oriente Medio.
El ministro de Exteriores de Israel, Israel Katz, anunció este miércoles que Guterres ha sido declarado persona ‘non grata’ y no se le permitirá ingresar al país. La decisión llega después de que el secretario general de la ONU no condenara de forma explícita un ataque iraní ocurrido el martes. Katz fue contundente en su declaración: «Quien no puede condenar de forma inequívoca el atroz ataque de Irán contra Israel no merece poner un pie en suelo israelí. Se trata de un secretario general antiisraelí que presta apoyo a terroristas, violadores y asesinos».
El ataque mencionado ha sido uno más en una serie de escaladas en la región, que Guterres condenó de manera general, pidiendo un alto el fuego. El secretario general señaló: «Esto tiene que parar. Necesitamos absolutamente un alto el fuego», sin mencionar de manera directa a Irán, lo que fue percibido como una omisión crítica por parte del gobierno israelí. La falta de condena explícita hacia Irán ha sido el motivo clave de la decisión de Israel, que ve en la actitud de Guterres una falta de apoyo en un momento crucial.
Además, Katz acusó al líder de la ONU de no haber denunciado enérgicamente los actos cometidos por Hamás durante el ataque múltiple del 7 de octubre, que dejó un saldo devastador en Israel. Según el ministro, el secretario general no ha prestado atención a las «atrocidades sexuales cometidas» por los milicianos de Hamás. Un informe de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, publicado el 23 de febrero, confirmó que Hamás y otros grupos armados palestinos violaron el Derecho Internacional en gran escala durante los días 7 y 8 de octubre, incluyendo actos de abuso, agresiones sexuales y tortura.
A pesar de estas revelaciones, el descontento del gobierno israelí hacia Guterres no es nuevo. El pasado 24 de octubre, en una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, el secretario general condenó el ataque perpetrado por Hamás, que dejó 1.200 muertos y 251 personas secuestradas. Sin embargo, sus palabras provocaron controversia, ya que señaló que estos actos «no surgieron de la nada», sino que eran una consecuencia de «décadas de ocupación». Esta interpretación de los hechos no fue bien recibida por Israel, que ya en ese momento consideró a la ONU como una entidad no grata.
El embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, también adoptó represalias en respuesta a las declaraciones de Guterres, afirmando que Israel «se negará a expedir visados a los representantes de la ONU». Esta política ha marcado un endurecimiento en las relaciones diplomáticas entre Israel y el organismo internacional, que ha visto críticas continuas por parte del gobierno israelí.
Este no es un incidente aislado en la postura de Israel hacia líderes internacionales críticos. El pasado mes de febrero, el presidente de Brasil, Lula da Silva, fue igualmente declarado persona ‘non grata’ tras haber comparado la situación en Gaza con el genocidio nazi. La comparación fue considerada inaceptable por las autoridades israelíes, quienes vieron en esas declaraciones un ataque directo a su gobierno y una distorsión de los hechos históricos.
Con esta nueva decisión, Israel reafirma su posición de no permitir críticas que, a su juicio, desacrediten la legitimidad de sus acciones en el marco del conflicto con Palestina. A medida que las tensiones continúan en aumento, la prohibición de entrada a Guterres podría marcar un nuevo punto de inflexión en las relaciones entre Israel y la ONU, generando un mayor distanciamiento diplomático entre ambas partes.