El suicidio

Carlos Herrera Delgáns, columnista.

Por Carlos Herrera Delgáns

Nadie quisiera estar en los zapatos del gobernador Eduardo Verano. Al hervirle la sangre el cráneo se torna de un rojo intenso del que brota  un humo volcánico para advertir que está de malhumor. No es para menos, su mandato atraviesa momentos difíciles por la abultada deuda fiscal dejada por su antecesora Elsa Noguera. Otra, las exigencias del clan Char, el cual pide más que dame y la pelotera en la que se ha enfrascado la bancada del Atlántico con el presidente Gustavo Petro, que decidió cerrar la llave a la inversión en el departamento y en Barranquilla hasta nueva orden, por una sencilla razón: los congresistas se declararon abiertamente opositores al Gobierno Nacional, a lo que el mandatario no dudó en responder: “no me ayudaron a elegir, no esperen ayuda mía”.

El gobernador Verano no solamente da vueltas en la cama al no conciliar el sueño ante la gravedad de la situación sino que no tiene donde meter la cabeza para seguir solicitando prestamos a la banca al agotarse prácticamente la capacidad de endeudamiento del departamento. Desde que asumió la Gobernación no ha hecho sino solicitar a la Duma Departamental autorización para pignorar tributos para responder a las acreencias dejadas por la exgobernadora Noguera y de paso cumplir los compromisos con los políticos que lo ayudaron a elegir, los cuales se asemejan a una caja de pollitos de tanto llorar.

Para honrar su palabra el gobernador entregó a ojos cerrados secretarias a los senadores Efraín Cepeda (Desarrollo Económico y Ciudadela Universitaria), Mauricio Gómez (Interior), grupo Ashton (Infraestructura), clan Char (Salud, Educación, Agua Potable, Indeportes, ESE hospitalaria del Atlántico UNA, gerencia de Plaza y Parques, Asuntos Étnicos), clan Torres (General), Pedro Flórez (Capital Social) etcétera, lo cual antes de traerle beneficios al departamento ha generado un corto circuito con el Gobierno Nacional al no tener los congresistas acceso a los ministerios para jalonar las grandes inversiones que requiere el departamento como en gobiernos anteriores, al estar deteriorada las relaciones, sin posibilidad de mejorarla por los egos. Se excluyen del grupo los congresistas Pedro Flórez del PH y clan Torres del PL, aliados del Gobierno Nacional.

Tan delicada se ha tornado la relación entre el Gobierno Nacional y el departamental que el presidente a raíz del hundimiento del proyecto de presupuesto para la vigencia fiscal de 2025, resolvió cercenar las inversiones al Atlántico al pasar de $2.9 billones en el 2024 a $2.1 billones a 2025, lo cual demuestra el talante del mandatario a la hora de tomar represalias contra sus opositores.

El gobernador Verano quedó en el fuego cruzado sin posibilidad alguna de desamarrar el nudo gordiano que lo ata, todo lo contrario, cada vez que el presidente Petro vea la oportunidad de apretar para asfixiar lo hará para demostrar su dominio de rey de la selva.

Noticias poca alentadoras recibe el gobierno departamental del Nacional. La última fue la del agente interventor al anunciar que a partir del mes de noviembre la empresa Air-e dejará de facturar terceros, es decir, Alumbrado Público, Tasa de Seguridad y Aseo en municipios, para aliviar la carga de la factura a los usuarios golpeados por las embestidas de las altas tarifas de energía eléctrica.

Dicen allegados al gobernador Verano que casi le da un ‘yeyo’ al escuchar la primicia de la propia voz del agente interventor. Queda el mandatario departamental herido de muerte al tener que explorar otras alternativas de cobro de la Tasa de Seguridad la cual ha pignorado en dos empréstitos. El primero por $1 billón y el segundo por $200.000 millones.

Una de las opciones del Gobernación para continuar recaudando el tributo es expedir una factura aparte a los usuarios para su pago, pero corre el riesgo que la mayoría no lo cancele al liberarse de dicho cobro en la factura de energía eléctrica y segundo acordar con la empresa Triple A o Gases del Caribe para que cargue dicho valor en la factura del consumidor, lo cual muchos ven poco probable por la situación de insolvencia económica por las que atraviesa las familias del departamento. Es el riesgo que corre la empresa en el evento que baje el recaudo por el no pago de la factura por el usuario.

“¡Y ahora, quién podrá defenderme!”. Es el auxilio al que podría acudir en estos momentos el gobernador Verano.