Grave sequía en el Amazonas pone en riesgo a comunidades indígenas y ecosistema local

La región del Amazonas enfrenta una de las sequías más severas de los últimos años, con efectos devastadores para las comunidades indígenas y la fauna local, especialmente en Leticia, donde el nivel del río ha descendido 5,5 metros. La emergencia ha llevado a las autoridades a tomar medidas urgentes para mitigar el impacto de este fenómeno que afecta tanto a los habitantes como a la biodiversidad de la zona, incluidas especies emblemáticas como el delfín rosado.

Reducción alarmante del nivel del río y respuesta de las autoridades

El descenso del caudal del río Amazonas ha sido significativo, alcanzando una reducción del 80% en su lámina de agua, de acuerdo con los reportes presentados por Carlos Carrillo Arenas, director general de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Carrillo lideró una comisión técnica que inspeccionó las áreas más afectadas, incluyendo el municipio de Puerto Nariño, donde el brazo del río Loretoyaco se desconectó del lago Tarapoto, afectando gravemente al ecosistema y al suministro de agua potable.

Durante la visita, se confirmó la gravedad de la situación, con la sequía afectando a más de 11 comunidades indígenas que dependen directamente del caudal del río para su subsistencia diaria. Estas comunidades, que albergan a unas 3.000 personas, están completamente aisladas debido al bajo nivel del agua, lo que ha empeorado el acceso a recursos básicos como el agua potable y los alimentos.

Plan de choque para mitigar la crisis

En respuesta a esta crisis, la UNGRD ha anunciado un plan de choque que incluye la distribución de motobombas y mangueras para garantizar el suministro de agua en las comunidades más afectadas. Esta intervención inmediata busca asegurar que, a pesar de las difíciles condiciones, las personas puedan tener acceso a este recurso esencial. Además, la entidad se comprometió a llevar a cabo estudios técnicos para explorar fuentes subterráneas de agua en la región, con el objetivo de establecer un suministro más sostenible y duradero.

El director de la entidad, Carlos Carrillo, destacó la urgencia de esta medida: «Hoy las comunidades están aisladas, sufriendo desabastecimiento de agua y una creciente inseguridad alimentaria, lo cual nos preocupa de manera alarmante». Este panorama de inseguridad alimentaria y desabastecimiento ha generado una crisis humanitaria que exige una intervención rápida y coordinada por parte de las autoridades.

Impacto en la fauna y el ecosistema

La fauna local, particularmente el delfín rosado, ha sido severamente afectada por la sequía, con reportes de varias muertes debido a la drástica disminución del nivel del agua. El ecosistema del Amazonas, uno de los más ricos y diversos del mundo, está sufriendo consecuencias catastróficas, lo que ha llevado a los expertos a alertar sobre los efectos a largo plazo de esta sequía. La desconexión entre el río Loretoyaco y el lago Tarapoto es solo un ejemplo de cómo los cambios en el caudal del río están desestabilizando el equilibrio natural de la región.

Estudios técnicos y asistencia para los damnificados

El plan de choque también contempla la implementación de un Plan de Acción Específico (PAE), el cual incluirá estudios técnicos para la Evaluación de Daños y Análisis de Necesidades (EDAN) y el Registro Único de Damnificados (RUD). Estas herramientas permitirán a las autoridades comprender mejor el alcance del impacto de la sequía y brindar la asistencia necesaria a las familias afectadas. La prioridad, según las autoridades, es asegurar el acceso al agua potable y mejorar las condiciones de seguridad alimentaria, que se han visto gravemente deterioradas.

Mientras tanto, la región sigue enfrentando las dificultades de esta emergencia, y los habitantes dependen de la rápida ejecución del plan de choque para superar esta difícil situación. Las comunidades esperan que las soluciones planteadas logren mitigar el impacto de la sequía, y que los estudios técnicos aporten una solución más duradera y sostenible para garantizar el acceso al agua en el futuro.