Colombia enfrenta riesgo de desabastecimiento energético para 2026, alertan gremios

En medio de crecientes preocupaciones por la estabilidad del sistema energético colombiano, Natalia Gutiérrez, presidenta de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgen), advirtió que el país podría enfrentar un desabastecimiento de energía para el año 2026. Durante un reciente evento, Gutiérrez hizo un llamado urgente a las autoridades para que se tomen medidas inmediatas, ya que los márgenes entre la oferta y la demanda de energía están disminuyendo rápidamente.

La líder gremial explicó que, si la situación persiste y se recurre a fuentes de energía térmica, podría haber un aumento en las facturas de electricidad. Detalló que solo el 15 % de la energía consumida en los hogares colombianos proviene de la bolsa de energía, lo que podría traducirse en un incremento de entre el 5 % y el 7 % en las tarifas.

Gutiérrez también subrayó que el precio asociado a la escasez no se transfiere al usuario final, sino que lo asumen los generadores de energía, lo que podría afectar la rentabilidad del sector. La presidenta de Acolgen expresó su preocupación por la pérdida de seguridad energética, un aspecto crítico para el desarrollo del país.

En el Foro Internacional de la Superintendencia de Servicios Públicos, el viceministro de Energía, Javier Campillo, reconoció la dependencia de Colombia en su capacidad térmica para enfrentar esta crisis. «Necesitamos modernizar todos los mercados para poder superar esta situación», afirmó Campillo.

Camilo Sánchez, presidente de la Asociación Nacional de Servicios Públicos, añadió que aún un 3 % de la población colombiana no tiene acceso a energía eléctrica, y destacó la importancia de que tanto el sector público como privado trabajen en conjunto para solucionar esta problemática.

Ante esta situación, la Federación de Transportadores de Carga (Fedetranscarga) también alertó que, en el corto plazo, más de 1.000 vehículos podrían no reanudar sus operaciones con normalidad, lo que resultaría en pérdidas significativas para los propietarios y un aumento en los costos operativos.

La combinación de estos factores plantea un desafío significativo para el futuro energético de Colombia, haciendo necesario un enfoque estratégico y coordinado para garantizar la estabilidad y el acceso a la energía para todos los ciudadanos.