Paula Bernal, country manager de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) en Colombia, ha manifestado su preocupación por el posible impacto de la reforma tributaria propuesta por el gobierno de Gustavo Petro en el sector aéreo. Uno de los puntos más controvertidos del proyecto de ley de financiamiento es el incremento del 200% en el impuesto al carbono sobre el combustible de aviación.
Bernal advirtió que el combustible de aviación representa más del 35% de los costos operativos de las aerolíneas en Colombia, y dado que se paga en dólares, cualquier aumento en este insumo podría traducirse en un incremento del 4% en el costo del combustible, repercutiendo directamente en los precios del servicio de transporte aéreo.
La directiva destacó que el 75% de los usuarios del transporte aéreo en Colombia pertenecen a los estratos 2 y 3, lo que subraya que este servicio es una necesidad para millones de colombianos, especialmente para aquellos que dependen de él como la única forma de llegar a ciertos destinos.
Además, la Aeronáutica Civil estima que el país podría alcanzar los 50 millones de pasajeros al finalizar 2024, lo que resalta la importancia del transporte aéreo para la población.
Bernal también cuestionó la efectividad del impuesto al carbono para alcanzar los objetivos ambientales planteados, ya que el 66% de estos recursos se destinaría al presupuesto general de la nación, y no específicamente a la descarbonización de la industria. Resaltó que, en la actualidad, «la industria aérea no tiene un sustituto al combustible tradicional de aviación».
A pesar de los desafíos, Bernal reafirmó el compromiso del sector con la descarbonización, recordando la meta de reducir las emisiones para 2050. Sin embargo, enfatizó que cualquier medida fiscal debe evitar encarecer aún más el servicio para los usuarios: «Lo que queremos es que este servicio no cueste más para los colombianos, porque es la forma más eficiente, más segura y, en muchos casos, la única manera de llegar a las regiones», concluyó.