Por: Laureano Acuña Díaz
El Departamento del Atlántico requiere, en estos tiempos, impulsar iniciativas de turismo contundentes que lo posicionen como un destino competitivo a nivel nacional. Lo realizado en Puerto Colombia, con la renovación del muelle y el rescate de su historia como puerto de inmigrantes, debe ser solo el inicio de una estrategia integral para soñar con inversiones en otros municipios que también tienen un enorme potencial turístico. Es crucial que aprovechemos este impulso para proyectar el Atlántico como un referente en la oferta de destinos naturales, culturales y recreativos. En este contexto, la creación de teleféricos en Usiacurí y Tubará es una apuesta estratégica para alcanzar esa meta.
En Usiacurí, la combinación de naturaleza, cultura y tradición artesanal lo convierte en un lugar único, que ya ha comenzado a captar la atención de visitantes. Sin embargo, es necesario dar un paso más allá y ofrecer experiencias que atraigan a un mayor número de turistas tanto nacionales como internacionales. La construcción de un teleférico permitiría a los visitantes disfrutar de vistas panorámicas sobre el municipio y sus alrededores, facilitando el acceso a zonas de interés, como el Cerro de la Santa Cruz, mientras se integra la experiencia visual con la historia y las tradiciones del lugar. Este tipo de inversión no solo beneficiaría a los turistas, sino que también sería un motor para la economía local, generando empleo y atrayendo negocios complementarios como hoteles, restaurantes y tiendas de artesanías.
En Tubará, la propuesta de un teleférico es igualmente relevante. Este municipio ha mostrado un crecimiento sostenido en su oferta turística, con su cercanía al mar y la posibilidad de conectar la sierra con la costa. Un teleférico en esta zona sería un atractivo incomparable para quienes buscan combinar ecoturismo y aventura con la belleza de las playas de la región. Además, al reducir la necesidad de transporte terrestre en áreas vulnerables, el teleférico ayudaría a preservar el entorno natural y ofrecería una forma de turismo más sostenible, una demanda cada vez más fuerte por parte de los viajeros conscientes del impacto ambiental.
La construcción de estos teleféricos sería una inversión a largo plazo que transformaría a Usiacurí y Tubará en destinos más accesibles y atractivos, no solo para turistas, sino también para inversionistas interesados en el desarrollo de infraestructura turística. Estos proyectos no deben verse únicamente como soluciones de transporte, sino como un símbolo de modernización y apertura para el Atlántico. Al atraer un mayor flujo de visitantes, se estimularían otros sectores económicos y se incentivaría la creación de empleos, consolidando una economía más diversificada y sostenible. En fin, promover este tipo de proyectos es UN BUEN NEGOCIO.
A nivel nacional, el Atlántico se encuentra compitiendo por la atención de turistas frente a otras regiones que ya han desarrollado iniciativas similares. Sin embargo, el departamento tiene una ventaja estratégica al contar con una infraestructura aeroportuaria bien conectada y una creciente oferta cultural y de naturaleza. Los teleféricos en Usiacurí y Tubará añadirían un elemento diferenciador a la oferta turística de la región, permitiendo a los turistas disfrutar de una experiencia única y atractiva, mientras se exploran los paisajes que solo el Atlántico puede ofrecer.
Es fundamental que las autoridades locales, junto con el sector privado, vean en estos proyectos una oportunidad para posicionar al Atlántico como un destino clave en el mapa turístico de Colombia. La experiencia en Puerto Colombia ha demostrado que las inversiones bien planificadas tienen el poder de transformar los municipios y atraer a un público diverso. Ahora, debemos expandir esa visión a otros rincones del departamento, asegurando que Usiacurí y Tubará puedan mostrar al país y al mundo el potencial turístico que poseen.
En resumen, la creación de teleféricos en estos dos municipios es una inversión estratégica para potenciar el turismo en el Atlántico. Esta infraestructura no solo beneficiaría a las comunidades locales, sino que también posicionaría al departamento como un destino turístico líder en Colombia, capaz de atraer visitantes y generar un impacto económico positivo en toda la región.