Esteban Rafael Urueta González, un prominente ganadero, fue hallado muerto tras ser secuestrado, mientras que dos de sus compañeros también fueron asesinados y quemados. La Federación Colombiana de Ganaderos exige justicia inmediata.
Hoy, la región de Sucre se enfrenta a una tragedia indescriptible con la noticia del asesinato del empresario Esteban Rafael Urueta González. Urueta, reconocido en el sector ganadero y propietario de la cadena de repostería Casa Rosa, fue hallado muerto el 12 de septiembre en una zona rural de Ciénaga de Oro, Córdoba. La información revela que el empresario había sido secuestrado el 10 de septiembre mientras viajaba entre los municipios de Pueblo Nuevo y Planeta Rica.
El presunto autor del asesinato es Cristian Petro, quien, según los informes, tenía una deuda con la víctima por un faltante de 700 animales. Además del asesinato, los dos compañeros de Urueta, Fredys Beleño Acosta y Gerardo de los Santos Marzola, fueron encontrados quemados junto al cadáver. Esta brutalidad ha causado conmoción y luto en la región.
La Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegan) ha expresado sus más sentidas condolencias a la familia de Urueta y ha instado a las autoridades judiciales a actuar con rapidez y severidad. En un comunicado, la Federación demandó una acción legal rigurosa para condenar a Petro, a quien describió como un «ladrón asesino». La Federación también ha hecho un llamado para brindar apoyo a las familias de las víctimas durante este difícil período.
Esteban Rafael Urueta, originario de Sincelejo pero residente en Montería, deja a dos pequeños hijos en medio de un profundo duelo familiar. Además de su rol en la ganadería, Urueta era conocido por su cadena de repostería con sedes en Montería, Cereté, Lorica y Sahagún.
La situación ha provocado una reacción urgente de las autoridades y de la comunidad ganadera, con un llamado para resolver rápidamente este crimen y garantizar que se haga justicia para Esteban y sus compañeros. La intervención de las autoridades es crucial para asegurar que los responsables enfrenten las consecuencias de sus actos.
