En el vigésimo tercer aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001, familiares de las casi 3,000 víctimas se reunieron en el Memorial del 11-S en Nueva York para rendir homenaje a sus seres queridos.
Durante la conmemoración, muchos expresaron su sentimiento de que ninguna acción puede realmente ofrecer justicia o aliviar su dolor.
El área alrededor del Memorial se llenó de personas que portaban flores y broches con fotos de sus seres queridos, decorados con pequeños lazos azules en solidaridad.
A pesar del tiempo transcurrido, los asistentes recordaron el trágico evento con gran claridad y lamentaron que no haya manera de compensar la pérdida de sus familiares.
Lisa Mendez, quien vistió una camiseta con la imagen de su primo Edward Calderón, expresó: «Aunque los responsables estén en prisión, la magnitud de esta tragedia y pérdida no puede ser reparada.»
Rosa Paris, quien perdió a su único hijo en los atentados, comentó que el sufrimiento persistente de todos estos años no puede ser compensado por ninguna acción.
Ram Saren, cuyo dolor persiste por la pérdida de su hija, afirmó con emoción: «Ese día está grabado en mi corazón,» destacando que el tiempo no ha aliviado el dolor.
Por otro lado, algunos asistentes afirmaron haber encontrado paz y perdonado a los atacantes. Karol Trinidad, que perdió a su hermano Michael, expresó su tranquilidad al decir: «No culpo a nadie. Solo sé que los fallecidos están en un mejor lugar.»
El evento de hoy reflejó tanto el dolor persistente como la resiliencia de las familias afectadas por uno de los ataques más devastadores en la historia de Estados Unidos