El uso indebido de los acuerdos de confidencialidad (NDAs) para encubrir actividades ilícitas pone en riesgo la integridad del sistema legal y la ética profesional, destacando la reciente controversia internacional sobre el software Pegasus y la divulgación de información confidencial por parte del presidente Gustavo Petro.
En el ámbito empresarial y legal, los acuerdos de confidencialidad, comúnmente conocidos por sus siglas en inglés como NDAs (Non-Disclosure Agreements), desempeñan un papel crucial al proteger información sensible. Estos contratos están diseñados para mantener en secreto datos estratégicos, secretos comerciales y otra información privada que, de ser revelada, podría perjudicar a las partes involucradas. Sin embargo, cuando estos acuerdos se desvían de su propósito original y se utilizan para encubrir delitos, se traiciona la confianza depositada en ellos y se socava su valor esencial.
Los NDAs surgieron con el objetivo de ofrecer protección a información que, si se filtrara, podría causar daños significativos. Su función principal es garantizar que datos sensibles permanezcan seguros, abarcando desde secretos comerciales hasta acuerdos internos. Este propósito se basa en la premisa de que la información protegida es valiosa y debe resguardarse de la divulgación no autorizada. Sin embargo, el problema surge cuando estos acuerdos se utilizan como una herramienta para ocultar actividades delictivas, distorsionando su función y convirtiéndose en un medio para la impunidad.
El uso indebido de los NDAs para encubrir delitos no es solo una manipulación del acuerdo, sino una violación flagrante de su propósito. Al emplear estos contratos para encubrir actividades ilícitas, se evita que las autoridades descubran y actúen contra actos delictivos, perpetuando así la corrupción y fomentando un entorno de impunidad. Este abuso del sistema legal no solo traiciona la confianza pública en la integridad de las instituciones, sino que también representa un grave desafío para la justicia y la ética profesional.
Pese a que los NDAs cuentan con respaldo legal, esto no significa que estén exentos de escrutinio cuando se utilizan para proteger a delincuentes o encubrir actividades criminales. Usar un NDA con fines ilegales socava la integridad de las instituciones que confían en estos acuerdos para mantener la transparencia. Es fundamental que la ley se imponga, y cualquier intento de distorsionarla para obtener beneficios personales debe ser encarar con aplomo y diligencia.
El uso indebido de NDAs puede tener graves consecuencias legales. Aquellos que emplean estos acuerdos de manera ilícita se arriesgan a enfrentar sanciones severas, incluyendo juicios penales. Los NDAs deben mantenerse como herramientas de protección legítima dentro de un marco ético y legal, y no como medios para evadir la justicia. La ley es clara en cuanto a que ocultar delitos mediante acuerdos de confidencialidad es tanto ilegal como inmoral.

Un caso reciente que ha puesto de relieve estos problemas es la controversia en torno al software de espionaje Pegasus y el papel del presidente Gustavo Petro en su divulgación. Durante la administración de Iván Duque, se adquirió este software, que ha sido criticado por su uso potencial para espiar a opositores políticos y activistas. Sin embargo, la forma en que Petro reveló detalles sobre la compra ha generado una gran controversia, especialmente en el ámbito del Grupo Egmont, una organización dedicada al intercambio de información entre unidades de inteligencia financiera globales.
La Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF), que está conectada con el Grupo Egmont, tiene el deber de cumplir con estrictas normas de confidencialidad. La revelación de detalles sobre la compra de Pegasus ha puesto en tela de juicio el compromiso de Colombia con estos principios internacionales. La divulgación de información confidencial que involucra a la UIAF y la unidad de inteligencia financiera de Israel ha levantado preocupaciones sobre la capacidad de Colombia para manejar información delicada de manera responsable y ética.
A continuación ocho puntos adicionales que pueden ilustrar más sobre los NDAs:
1- Tipos de NDAs: Los NDAs pueden ser unilaterales, bilaterales o multilaterales. Un NDA unilateral involucra a una sola parte que divulga información confidencial a la otra parte. Un NDA bilateral (o mutuo) se usa cuando ambas partes intercambian información confidencial. Los NDAs multilaterales implican a más de dos partes que comparten información confidencial entre sí.
2- Alcance y limitaciones: Los NDAs deben especificar claramente el alcance de la confidencialidad. Esto incluye definir qué información está protegida, el período de tiempo durante el cual la información debe mantenerse confidencial y las circunstancias bajo las cuales la información puede ser divulgada. La falta de precisión en estos detalles puede llevar a disputas legales.
3- Obligaciones y responsabilidades: Las partes que firman un NDA tienen la obligación de proteger la información confidencial de manera razonable. Esto incluye implementar medidas de seguridad para evitar la divulgación no autorizada y limitar el acceso a la información solo a aquellos que necesitan conocerla.
4- Consecuencias legales de la violación: La violación de un NDA puede tener serias consecuencias legales. Las partes afectadas pueden demandar por daños y perjuicios, y en algunos casos, pueden buscar medidas cautelares para evitar la divulgación continua de la información confidencial. Las sanciones pueden incluir compensaciones económicas y, en casos graves, sanciones penales.
5- Uso en diferentes industrias: Los NDAs se utilizan ampliamente en diversas industrias, incluyendo la tecnología, la investigación y desarrollo, el entretenimiento, y el sector financiero. En el ámbito tecnológico, por ejemplo, los NDAs protegen secretos comerciales como algoritmos y diseños de productos. En el entretenimiento, se utilizan para proteger tramas y detalles de proyectos no anunciados.
6- Aspectos éticos: Mientras que los NDAs son herramientas legales válidas para proteger información sensible, su uso debe ser ético. Utilizar un NDA para encubrir prácticas ilegales o poco éticas puede tener consecuencias negativas para la reputación de una empresa o individuo y puede ser motivo de investigaciones y sanciones.
7- Casos famosos: A lo largo de la historia, ha habido varios casos de alto perfil relacionados con NDAs. Por ejemplo, las demandas por violación de NDAs en el caso de los acuerdos de privacidad entre celebridades y medios de comunicación, o en el ámbito corporativo donde se han utilizado NDAs para silenciar a denunciantes de prácticas empresariales cuestionables.
8- Impacto en la transparencia: Aunque los NDAs son necesarios para proteger información sensible, su uso excesivo puede afectar la transparencia y la rendición de cuentas. Es importante equilibrar la necesidad de confidencialidad con la necesidad de mantener prácticas empresariales abiertas y responsables.
En conclusión, los NDAs deben ser utilizados de manera que respeten su propósito original de proteger información sensible. Cuando se emplean para encubrir actividades ilegales, se defrauda su propósito fundamental y se socavan los principios de justicia y ética. La protección de la confidencialidad no debe ser una excusa para la corrupción o el encubrimiento de delitos; en cambio, los NDAs deberían servir como un fundamento de rectitud y seguimiento de las normas en todos los aspectos de entorno profesional.
Fuente: Sistema Integrado de Información.