Este domingo 8 de septiembre, las autoridades locales de Bogotá, en coordinación con el Gobierno Nacional, lograron la salida de alrededor de 700 indígenas Emberá que permanecieron asentados en el Parque Nacional durante varios meses.
Este proceso se produce después de múltiples intentos de traslado fallidos, y la mayoría de la comunidad regresará a sus territorios en Risaralda y Chocó.
Un grupo reducido de 30 indígenas ha optado por quedarse en la capital, por lo que se pondrá en marcha un plan de integración para su adaptación. Según la Alcaldía de Bogotá, este proceso busca ofrecer alternativas que permitan a los indígenas establecerse de manera adecuada en la ciudad.
EL DETERIORO DEL PARQUE Y SU FUTURA RESTAURACIÓN
Tras casi un año de ocupación, el Parque Nacional muestra un panorama desolador: escombros, basura y estructuras improvisadas han dejado su huella en este icónico espacio público. Ante este escenario, la Administración Distrital ha decidido cerrar el parque temporalmente para dar paso a un plan de restauración ambiental.
A partir del lunes 9 de septiembre, las Secretarías de Salud y Ambiente iniciarán las labores de limpieza y recuperación, que incluyen la eliminación de plagas, la revisión de la fauna y la evaluación del estado de los árboles. Estas actividades se concentrarán en el área comprendida entre las carreras quinta y séptima, y entre las calles 34 y 40.
UN LLAMADO A LA CIUDADANÍA
Mientras se ejecutan estos trabajos de restauración, las autoridades han solicitado a los ciudadanos no ingresar a las zonas demarcadas, evitar el tránsito de animales domésticos en las áreas cercanas, y abstenerse de arrojar residuos en el entorno.
Con esta iniciativa, Bogotá busca devolverle al Parque Nacional su esplendor y asegurar que este espacio, emblemático para la capital, esté disponible para el disfrute de todos sus habitantes en el menor tiempo posible.