Una asistente de fiscal y madre lactante ha denunciado a Germán Arias Cortés, su jefe y fiscal delegado ante el Tribunal Superior de Bogotá, por agresiones sexuales y represalias tras haber presentado la acusación. Según la denunciante, Arias Cortés no solo la acosaba con comentarios inapropiados, sino que la agredía sexualmente de manera repetida, aprovechándose de su posición de autoridad.
Como represalia por no aceptar los abusos y atreverse a denunciarlo, la joven fue trasladada a la Unidad de Delitos Priorizados en Ciudad Bolívar, una oficina ubicada a más de cuatro horas de su hogar. Esto ha dificultado su rutina, especialmente por ser madre lactante, lo que ha generado un impacto significativo en su vida familiar y laboral.
La denunciante asegura que el poder del fiscal ha logrado retrasar el inicio de una investigación formal, pese a que la denuncia fue interpuesta el pasado 20 de agosto. Aun así, el caso fue reportado a la «Línea Púrpura» de la alcaldía de Bogotá, un canal especializado en recibir denuncias de agresiones contra mujeres, especialmente madres lactantes, con el fin de garantizar una atención prioritaria.
El caso ha generado preocupación entre los sectores judiciales, donde tanto la denunciante como testigos aseguran que altos funcionarios de la Fiscalía, entre ellos Javier Mauricio Pava Mejía y José Manuel Martínez Malaver, han encubierto a Arias Cortés, evitando que el proceso avance.
La gravedad de la situación ha llevado a que varios colectivos exijan la destitución y enjuiciamiento de Germán Arias Cortés y de aquellos que lo han protegido. Mientras tanto, la denunciante sigue enfrentando temor por posibles represalias, debido a la falta de protección efectiva en su entorno laboral.
Este caso también ha puesto en evidencia el poder y la impunidad que todavía persisten en algunas áreas del sistema judicial colombiano.












