Por Redacción Judicial
Alegre, servicial y querido por todos sus vecinos. Así era Alvaro Alfonso Aguirre Garrido, de 56 años, quien perdió la vida tras ser alcanzado por una bala perdida en medio de un intercambio de disparos entre un delincuente y dos policías.
El hombre, natural de Barranquilla, estaba jugando parqués con sus vecinos de la calle 90 con 4C, en el sector La Embajada del barrio Santo Domingo. Era el sitio en el que se sentía seguro y disfrutaba de un momento de esparcimiento, donde toda su vida se crió. A las 3 de la tarde del lunes, un procedimiento policial le apagó la vida.
Su hija, Yulieth Aguirre, habló con los medios de comunicación en la mañana de este miércoles y relató la tragedia que hoy los tiene sumidos en el dolor.
“Mi papá estaba en la terraza de un vecino, ahí se colocaban a jugar parqués, pasó una patrulla de Policía correteando a un hombre que pretendía cometer un atraco, cuando el muchacho va a desembocar la calle, uno de los patrulleros alcanzó a jalarlo por el cuello, pero él se agachó y los patrulleros chocaron contra un taxi que había parqueado y ellos caen”.
En medio del caos, el presunto delincuente, “corrió hacia los lados donde estaba mi papá y el parrillero empezó a disparar y uno de los disparos impactó en la pierna izquierda”, detalló la pariente.
Los vecinos al percatarse que Álvaro estaba herido lo auxiliaron y llevaron hasta la clínica San Ignacio para recibir atención médica en el barrio El Bosque.
Todo parecía estar bajo control, sin embargo, la situación fue otra, debido a un ‘’problema’’ con el sisbén por no estar afiliado a una EPS.
“A mi papá se le terminó el suero y no lo hidrataron más, no le colocaron más medicamentos y empezó a rabiar de la pierna que se le puso morada, dijeron que no era necesario que le hicieran cirugía porque lo que le había comprometido era solo el músculo”, relató.
Pero el martes el estado de salud empeoró, pero los médicos no adelantaban la gestión de solucionarle su atención.
“Horas más tarde mi papá se llevó al Hospital de Barranquilla, pero cuando llegó entró en un paro, empezaron a reanimarlo, lo intubaron y mi papá nunca volvió en sí, nunca más dio presión, le dio otro paro respiratorio y murió”, contó.
Alvaro Alfonso Aguirre laboraba en una verdulería, y en ocasiones trabajaba en labores de construcciones.
Por este suceso, su familia pide justicia. ”Que se haga justicia, porque mi papá no debía morir de esa manera, que se haga justicia de parte de la Policía y de parte de la clínica, porque ellos no me han dado frente y la de la clínica por negligencia médica”.