Agosto cerró con una cifra alarmante de 84 homicidios en el departamento del Atlántico, marcando un récord histórico y duplicando los asesinatos registrados en el mismo mes del año pasado.
Esta escalofriante cifra refleja un aumento significativo en la inseguridad que azota a Barranquilla, el área metropolitana y otras regiones del departamento.
El incremento de homicidios en agosto es especialmente preocupante. El mes pasado, la violencia alcanzó niveles que no se habían visto en mucho tiempo, con 71 de los 84 asesinatos ocurriendo en el área metropolitana de Barranquilla. La capital del Atlántico contabilizó 35 homicidios, mientras que Soledad reportó 23, Malambo 9, y Galapa y Puerto Colombia, dos casos cada uno.
El resto del departamento también sufrió el impacto de la violencia, con 13 asesinatos distribuidos en Baranoa (6), Sabanalarga (4) y un caso en Palmar, Ponedera y Polonuevo, respectivamente. Comparado con agosto de 2023, cuando se registraron 40 homicidios, la cifra de este año muestra un preocupante aumento.
Los números reflejan una tendencia creciente en los homicidios en los últimos meses, con cifras ascendentes desde enero de 2024, que tuvo 69 asesinatos, hasta julio con 70. Este patrón de aumento también supera las estadísticas de septiembre de 2021, que había sido el mes con la mayor cantidad de homicidios en años recientes.
El aumento en la violencia está vinculado en gran medida a la disputa entre grupos armados organizados como el ‘Clan del Golfo’, ‘Los Pepes’, ‘Los Costeños’ y ‘Los Rastrojos-Costeños’, que luchan por el control de las rentas criminales. La presión de estos grupos ha llevado a actos de violencia extrema, incluyendo asesinatos brutales como el de Yesid Andrés Cabrera Ortega, cuyo cuerpo desmembrado fue hallado en el barrio Carlos Meisel, y el homicidio de Marcos Alexis Fonseca, cuyo cuerpo fue encontrado dentro de una nevera.
La creciente ola de violencia ha llevado al alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, a solicitar una mayor presencia de fiscales y jueces para abordar la crisis de seguridad que afecta a la región. La comunidad se encuentra en estado de alarma y exige medidas urgentes para frenar la escalada de homicidios y restaurar la seguridad en el Atlántico.