En las últimas semanas, un nuevo brote de viruela del mono ha captado la atención internacional, especialmente en África y otras regiones. Esta variante, conocida como Clado I, ha mostrado un patrón de transmisión más preocupante que su predecesora, el Clado II. Aunque Colombia aún no ha registrado casos de este nuevo clado, las autoridades de salud advierten sobre la necesidad de mantenerse alerta y desmitificar mitos para prevenir su propagación.
Enrique Mazenett Granados, gerente nacional de Epidemiología de Coosalud EPS, aclara que, aunque la enfermedad ahora conocida como Mpox, inicialmente estaba asociada a las relaciones sexuales, principalmente entre hombres, ya no se limita a este tipo de contacto y resalta la importancia de acabar con ese imaginario, pues por el estigma muchos pacientes pueden dejar de buscar atención médica.
La enfermedad puede transmitirse a través de diferentes tipos de contacto, no solo sexual, incluyendo gotas de saliva y secreciones de ampollas infectadas, así como a través de objetos contaminados.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) agrega que el riesgo de contagio también incluye el contacto con superficies y objetos que han estado en contacto con personas infectadas, como prendas de vestir y toallas. La distinción entre los clados es esencial para implementar medidas de prevención efectivas.
El Clado I, la variante que ahora preocupa a los especialistas, se asocia con brotes más graves y una mayor letalidad. Su transmisión es notablemente más amplia y puede ocurrir incluso a través de animales a humanos. En contraste, el Clado II, causante del brote global de 2022, presenta síntomas menos severos y una menor tasa de mortalidad. Aunque en 2022 se implementaron medidas preventivas como el uso de preservativos y la vacunación para los de alto riesgo, el brote se ha reducido considerablemente en 2023, y en Colombia se han reportado más de 100 casos de Clado II sin muertes.
La aparición de casos de Clado I en otras partes del mundo hace necesario que Colombia esté preparada. Aunque actualmente no se han registrado casos de esta variante en el país, la vigilancia y la educación son cruciales. Los síntomas del Clado I incluyen fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular, inflamación de ganglios linfáticos y una erupción cutánea que puede evolucionar a ampollas llenas de líquido.
En caso de presentar síntomas, la principal recomendación es aislarse inmediatamente y evitar el contacto cercano. Se debe notificar a las autoridades sanitarias, como el Instituto Nacional de Salud (INS), para obtener un diagnóstico adecuado y, en caso de confirmarse, continuar con las medidas de aislamiento para proteger a la comunidad.
Comprender las diferencias entre los clados y mantenerse informado sobre las vías de transmisión es vital para controlar y prevenir la propagación de esta enfermedad.