Con el inicio de los Juegos Paralímpicos en París el 28 de agosto, se destaca una serie de características únicas que los diferencian de los Juegos Olímpicos.
Entre las diferencias más notables se encuentran dos deportes que son exclusivos de los Paralímpicos: el boccia y el golbol.
Boccia
El boccia, introducido en los Juegos Paralímpicos en 1984, se juega en un campo cubierto de 12 por 6 metros. Los participantes lanzan bolas con el objetivo de acercarlas lo más posible a una bola objetivo llamada «diana».
Esta disciplina permite la participación de personas con discapacidades severas y se enfoca más en la estrategia que en la fuerza física. Se puede jugar de manera individual, en parejas o en equipos de tres.
Golbol
El golbol fue diseñado en 1946 para ayudar a la rehabilitación de veteranos de guerra con discapacidad visual. Este deporte enfrenta a dos equipos de tres jugadores cada uno, quienes defienden un arco de nueve metros.
La pelota, que contiene cascabeles para facilitar su localización, debe ser lanzada con fuerza para evitar que entre en el arco rival. Los jugadores usan vendas en los ojos para asegurar igualdad de condiciones.
El golbol, incluido como deporte Paralímpico desde 1980, exige una alta capacidad física, con lanzamientos que pueden alcanzar los 70 km/h.
Además, los Juegos Paralímpicos se diferencian de los Olímpicos no solo en los deportes que incluyen, sino también en el sistema de clasificación por discapacidad y en el símbolo del evento.
Mientras que los Olímpicos utilizan los cinco anillos entrelazados, los Paralímpicos emplean cinco “agitos” en rojo, azul y verde, simbolizando movimiento y dinamismo.