Efraín Cepeda, presidente del Senado, critica la propuesta del Gobierno Nacional y advierte sobre los riesgos económicos de aprobar una nueva reforma tributaria.
La reforma tributaria que el Gobierno Nacional planea presentar en los próximos días ha generado una fuerte oposición en el Congreso de la República, donde diversos sectores consideran irresponsable impulsar una iniciativa de este tipo en un contexto en el que los colombianos ya están “supremamente cargados por tantos impuestos”. La polémica en torno a este proyecto se intensifica a medida que las declaraciones de líderes políticos, como el presidente del Congreso, Efraín Cepeda, subrayan la falta de consenso y la preocupación por las implicaciones económicas de la reforma.
Efraín Cepeda ha sido enfático al señalar que «no se pueden hacer cuentas alegres para el 2025» y ha solicitado al ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, que desista de tramitar la ley de financiamiento en este momento. Cepeda propone que el presupuesto de la nación para el próximo año se discuta sin considerar la reforma tributaria y que solo más adelante se evalúe si es necesario hacer una adición al presupuesto.
El presidente del Senado fue contundente al cuestionar la falta de claridad y responsabilidad en la propuesta del Gobierno: “Es absolutamente inaceptable que nos pongan a aprobar 12 billones de una reforma tributaria que no conocemos, que no sabemos si hay ambiente en el Congreso y que no le vemos si hay espacio para gravar ¿a quién? Esto tiene que ser con responsabilidad, que no vuelva a ocurrir lo del presupuesto del 2024, que convencieron al Congreso que la DIAN iba a recaudar 15 billones de pesos y eso fue un salto al vacío, no recaudaron un peso y el recorte va en 20 billones”.
Ante esta situación, Cepeda sugirió una alternativa: “No se pueden hacer esas cuentas y por eso hemos propuesto que se discuta el presupuesto general de la nación sin los 12 billones, seguidamente se discuta la reforma tributaria y, si se aprueba algo de ella, se haga un presupuesto adicional, eso está reglado, así se hizo en el anterior presupuesto”.
El líder del Congreso insistió en que no se debe dar «un nuevo salto al vacío» aprobando recursos que el Gobierno podría no necesitar, lo que afectaría directamente el bolsillo de los ciudadanos. En su opinión, “no por mucho madrugar amanece más temprano y el Congreso no está dispuesto a dar esos saltos al vacío como se dio en el 2024”.
Por su parte, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, aseguró que la próxima semana se podría estar presentando el proyecto de reforma tributaria para que las Comisiones Económicas inicien su análisis del texto propuesto. Esta declaración sugiere que, pese a la oposición del Congreso, el Gobierno sigue adelante con sus planes de introducir una nueva política fiscal.
La tensión entre el Ejecutivo y el Legislativo en torno a esta reforma refleja la complejidad del panorama económico del país y plantea interrogantes sobre cómo se resolverán las diferencias en el corto plazo. Mientras tanto, los ciudadanos observan de cerca los desarrollos, conscientes de que cualquier decisión tendrá un impacto directo en sus finanzas.