Diversas opiniones por parte de un gran conglomerado del pueblo colombiano han surgido en todo el país, luego de conocerse la propuesta de una reforma tributaria, que será sometida a consideración del Congreso de la República próximamente; anuncio que ha sido motivo de innumerables conceptos por parte de varias tendencias políticas y de la opinión pública en general, lo cual nos hace colegir que no será tan fácil el trámite que obligatoriamente deberá surtirse entre los componentes del poder legislativo.
El texto del referido proyecto de ley será dado a conocer oficialmente luego de la necesaria revisión por parte del presidente Gustavo Petro, aunque desde ya circula tras bambalina que tal reforma estaría por un monto superior a los 12 billones de pesos, que según lo que se conoce hasta ahora saldría, principalmente, del control a la evasión y algunos ajustes en los impuestos a las personas naturales, lo cual comienza a prender las alarmas por la incertidumbre del señalado proyecto y sus efectos en el bolsillo de los contribuyentes.
La reforma tributaria a la cual hoy hacemos referencia, será la segunda durante la administración de Gustavo Petro en dos años de su mandato y según se ha comentado por parte de las esferas gubernamentales, la aludida reforma surge con toda la intención de descargar tributariamente a las empresas, mas no así a varias de aquellas que hacen parte de la industria extractiva, un aspecto que ha estado en la mira de la Casa de Nariño desde tiempos de campaña del actual Presidente de Colombia, ya que el Gobierno buscará que la actividad petrolera se mantenga como una fuente importante de ingresos para la Nación.
Con la nueva propuesta que se concentra en el Ministerio de Hacienda, de la cual ha venido hablando el ministro Ricardo Bonilla, no solo se bajará la tarifa nominal del impuesto de renta, el que en la actualidad está en 35%, sino también se abolirá la sobretasa, que en la Ley 2277 de 2022 –de la anterior reforma del gobierno actual– impuso un 5% adicional al impuesto de renta como tal.
Como se recordará, la anterior reforma tributaria del Gobierno de Gustavo Petro, tramitada por el entonces ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, empieza ahora a tener su primer efecto sobre las personas naturales que tendrán que declarar renta. El desmonte de deducciones y exenciones pondrá a los contribuyentes con ingresos de más de 11 millones de pesos mensuales a pagar más.
Los llamados a realizar ese aporte extra –en su momento– fueron varios sectores, tales como instituciones financieras, que ya lo venían haciendo desde tiempo atrás, a partir partir de la nueva ley que se someterá a consideración del Congreso en próximos días, se incluyen las aseguradoras y reaseguradoras, las sociedades comisionistas de bolsa de valores, las comisionistas agropecuarias, las bolsas de bienes y productos agropecuarios, agroindustriales o de otros commodities y los proveedores de infraestructura del mercado de valores.
Ahora, con la nueva reforma tributaria, se mantendrá la sobretasa en el caso de carbón y el petróleo, tal vez tratando de recuperar algo de lo que la Corte Constitucional les quitó con el hundimiento de la anterior reforma, en lo relacionado con la no deducibilidad de las regalías.
Algo que se asegura en el marco de la nueva reforma tributaria es que no se tocará el IVA a productos ya exentos y excluidos, es decir, alimentos de la canasta familiar, con lo cual se le brinda un poco de respiro a los núcleos sociales de bajos recursos en el país.
En todo caso, será el Congreso el que tenga la última palabra sobre este proyecto.