por: Hernán Riaño
En un país como el nuestro que siempre ha vivido bajo el yugo del feudalismo, gamonalismo, caudillismo, de los mal llamados “varones electorales” (que no es otra cosa que el fraude electoral con estatus), de los terratenientes que abusan de los campesinos y sus familias, de los patrones abusivos y, en síntesis, de toda forma de dominación y opresión que han ejercido los poderosos sobre los demás ciudadanos, es refrescante y hasta esperanzador oír y ver un discurso como el que dio el presidente de la República, señor Gustavo Petro Urrego, en la Asamblea de Colombia Humana el fin de semana anterior. Una presentación, como siempre de memoria, sin escritos y sin asesores que le hagan el discurso, llenas de principios democráticos reales y con un bagaje histórico que queda uno gratamente sorprendido por la capacidad intelectual del mandatario.
Nunca antes un presidente o candidato a cualquier cargo de elección popular, ya sea para el ejecutivo o legislativo, ha demostrado tener un talante tan democrático como el Doctor Petro. Desde el comienzo de su intervención hace gala de su franqueza y seriedad al manifestar que era investigado hasta la saciedad por los abogados de la ultraderecha con tal de callarlo para evitar que ejerza su legítimo derecho a expresar sus opiniones. Denunció que la fuerza política mayoritaria de Colombia estuvo sin personería jurídica durante 4 años por decisión del CNE; desde noviembre del año 2.021 fueron infiltradas las comunicaciones de la Colombia Humana, fueron grabadas por el gobierno Duque y esas charlas filtradas a la revista de marras y hasta el momento no hay ninguna investigación.
El señor presidente de la república manifestó su molestia al ver que dentro de la asamblea se le estaba gritando, por parte de algunos asistentes, a una líder, maestra de Cartagena oprimida, lo que motivó que el primer mandatario dijera que en otras instancias de la derecha se gritaba a voz en cuello, “fuera Petro” y que esas conductas no podían ser norma en un partido o movimiento democrático, por la razón que fuera
Se refirió a las elecciones francesas que ganó la izquierda, como consecuencia del triunfo de la extrema derecha en el parlamento europeo; ante esta realidad, los diferentes partidos y movimientos progresistas del país galo se unieron sin tener en cuenta sus contradicciones y ganaron. Dijo que esta misma experiencia debería ser practicada en Colombia como única forma de impedir que las derechas vuelvan al gobierno en nuestro país. Allí también la prensa se convirtió en un verdadero partido de derecha en contra de cualquier iniciativa diferente a esa corriente política. Afirmó, taxativamente, que no se trata de participar sino de ganar como fuerza política real. Mostró los avances y planes concretados del gobierno actual a pesar de la oposición rabiosa de las cortes, empresarios y partidos de las derechas.
Como parte central y mensaje definitivo estuvo el llamado a la vinculación de los lideres con el constituyente primario, su organización y vinculación al apoyo de las reformas que necesita la sociedad colombiana: “Si no hay organización no hay victoria electoral”, se impone la unidad. Acusó a muchos líderes de personalismo y los llamó narcisos de espejo, que se la pasan admirándose a si mismos sin tener en cuenta a los ciudadanos, desconociéndolos y asegurando que por eso son los merecedores de los mejores puestos y cargos en el gobierno.
Por último, dijo lo siguiente: “Si este movimiento se va a ir a los afuera, al sectarismo político, a la egolatría política, al egoísmo social, a la división, me retiro de este movimiento”.
Un respuesta clara y contundente a las posiciones mostradas por líderes, aspirantes a líderes y bases del movimiento que están dividiendo a la Colombia Humana y que atentan contra el futuro progresista del país, o el trabajo es de todos en igualdad de condiciones o se vendrá la derrota y con ella, el regreso de la derecha, la violencia, las muertes, las desapariciones, los falsos positivos, los desplazamientos y la eternización del robo y saqueo del erario
En conclusión, un movimiento progresista, para que crezca y se fortalezca, debe tener militantes, simpatizantes y colaboradores que lean y estudien como la base de un progresismo vivo y que quiera ganar el poder. Uno podrá o no estar de acuerdo con los planteamientos de Gustavo Petro, pero lo que no se puede negar es que cualquier cosa que diga o proponga tiene detrás una cantidad de estudios y argumentos, que para refutarlos se necesita tener grandes conocimientos y una estatura intelectual igual a la del mandatario, virtudes que ningún representante de las derechas han demostrado. Por eso solo pueden atacarlo con bajeza, calumnias, mentiras y amenazas de muerte, como se conoció en la denuncia de un atentado frustrado el pasado 20 de julio, hecho evidenciado por la revista Raya y RTVC señal investigativa, uno más de los que han tenido conocimiento como posibles atentados (2).
Este discurso demuestra la falta de capacitación en democracia que tenemos los colombianos, que estamos acostumbrados a actuar como las derechas, que no queremos la igualdad, la equidad, la justicia y en resumen el respeto hacia los demás ciudadanos; queremos pasar por encima de quien sea para conseguir nuestros objetivos sin consideraciones, con el lema“ el fin justifica los medios” y con el famoso dicho paisa de “yo voy por lo mío”.
En los días subsiguientes de este discurso, muchos “petristas” y “progresistas” que no entendieron el mensaje del presidente empezaron a hacer aseveraciones y acusaciones públicamente, sin fundamento, sobre hechos que no satisficieron sus intereses personales o de sus “líderes”, creando un mal ambiente y divisiones en el partido de gobierno. Este mal ambiente que han querido imponer demuestra que no tienen la conexión necesaria con los ciudadanos, que no los han organizado o están aislados del constituyente primario atentando contra la unidad y futuro de los gobiernos progresistas y poniéndose de lado de las derechas haciéndoles el favorcito para que regresen al gobierno.
La democracia no es solo competencia, es respeto y colaboración entre todos para sacar el país del atraso en que lo han mantenido quienes lo han usufructuado, se lo han robado y piensan que es solo de ellos. Muchos estamos seguros de que el régimen democrático es lo que necesitamos en este momento para salir del atraso en que nos han sumergido los poderes hegemónicos de siempre.
La derecha le quedó chiquita a Petro
La izquierda le quedó chiquita a Petro
Parte de la sociedad colombiana quedó chiquita a Petro.