El sector aeronáutico está enfrentando una creciente incertidumbre debido a la inminente importación de combustible de aviación en Colombia. La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) ha solicitado urgentemente al Gobierno que revise las condiciones de esta importación, ya que podría aumentar significativamente los costos para los viajeros.
A los problemas ya existentes con el suministro de gas natural en el país se suma ahora la preocupación de la industria aérea, que se enfrenta a la posibilidad de importar combustible en las próximas semanas. Este escenario podría impactar tanto el precio de los tiquetes como la recuperación del turismo.
El pasado 20 de agosto, IATA envió una carta al Ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, expresando su inquietud sobre los costos adicionales que podría generar la importación de combustible.
Según la carta, firmada por altos directivos de IATA y ALTA, los comercializadores han advertido que la demanda de combustible aumentará en octubre, lo que requerirá importar más combustible.
La situación se ha agravado debido a una falla eléctrica en la refinería de Cartagena, que ha reducido el suministro de combustible de aviación. Para mitigar esta crisis, Ecopetrol ha anunciado una importación urgente de 100.000 barriles de Jet A1, que se espera llegue entre el 31 de agosto y el 2 de septiembre.
IATA ha solicitado al Ministro Camacho que se realice un análisis detallado de la oferta y demanda de combustible, utilizando el Sistema de Información de Distribución de Combustibles Líquidos (SICOM), y que se establezca un procedimiento de revisión para las solicitudes de combustible.
Actualmente, Colombia consume cerca de 35.000 barriles de combustible de aviación al día, mientras que la capacidad de refinación es de 37.500 a 38.000 barriles. La importación de combustible implicará un sobrecosto que, según expertos, afectará los precios de los tiquetes.
Para evitar futuros problemas, se sugiere la publicación del reglamento definitivo para la importación de Jet A, un tipo de combustible más accesible que el Jet A1.
Este reglamento permitiría al país tener opciones adicionales en el mercado y mejoraría la capacidad de respuesta ante situaciones de contingencia.